Los alumnos y alumnas del IES A.G Linares, visitaron la feria SIMO, un conocido evento que se celebra en la capital de España todos los años. En este reportaje nos relatan sus aventuras en los días que duró este viaje.

Todo empezó el viernes 6 de noviembre a las 8:00 de mañana en la plaza de las farolas, desde donde cogimos el autobús dirección Madrid. Alrededor de las 12:00 paramos tres cuartos de hora en Lerma antes de llegar a nuestro destino a eso de las tres de la tarde.
Una vez allí, repartidas las habitaciones, nos dispusimos a comer y después hubo quien decidió ir a la feria SIMO y quien prefirió dar una vuelta por Madrid y dejar lo del SIMO para el Sábado.

Los que fueron al SIMO el viernes vivieron toda una aventura para poder entrar, porque era un día para profesionales y como no lo éramos no se les pudo dar a las azafatas una acreditación como trabajadores de alguna empresa, al igual que tampoco se les pudo presentar ninguna nómina o algo por estilo que era lo que ellas pedían para dejar entrar. De manera que los que se aventuraron a ir tuvieron que, citando a uno de aquellos aventureros, llorarles a la azafatas de la entrada y darles pena, para que al final les dejaran entrar en vez de echarles de una patada.

En cuanto a los que no fueron, en el momento en que pisaron el hostal, empezó el cachondeo, las llamadas telefónicas iban y venían y las personas a las que iban dirigidas cogían y colgaban el teléfono desesperadas, deseando que aquello acabará.
Y acabar acabó. Alguien fingiendo ser Priego, el profesor, les hizo bajar a la 2 de la mañana a recepción donde se descubrió que todo era una broma ya que allí sólo había cuatro personas que eran las que habían recibido la «llamada».

Al día siguiente, sábado, a las 9:00 de la mañana cogimos el autobús hasta el recinto donde estaba ubicado el SIMO, una vez dentro pudimos comprobar que aparte de ser muy grande, para ser una feria profesional había mucho «circo». Me explico:

Te podías encontrar desde: arañas enjauladas, hasta coches deportivos, pasando por equilibristas, chicas de Play-boy, personajes famosos como Checa y regalos de globos con formas de animales, por poner un ejemplo. También se destaca el hecho de que las azafatas te llenaran de kilos y kilos de folletos y propaganda y de lo fácil que era comprar algo que luego podía funcionar, como el lector de CD o el escáner que alguien se compró, así como algo que no funcionase, como los bafles de 1.000 pesetas que alguien logró vender.

En cuanto a lo que más gustó cabe decir que muchos chicos hablan de las azafatas, azafatos no había, aunque también había quien hablaba de una representación en una hora de una casa completa con CHARCAD.
Evidentemente también hubo a quien no le gustó en absoluto y quien no pudo ir por motivos como: otro congreso, que ya lo había visitado o falta de dinero. En definitiva: opiniones para todos los gustos.

El sábado por la noche estaba libre y cómo no, era obligado dar una vuelta por Madrid y luego al hostal. Respecto a este hay diversas opiniones como: una estafa, desayuno malo, camas y ventanas rotas, hasta puede pasar, estaba bien y en las habitaciones hacia calor,…

Y por último, el domingo a las 11:00 hora prevista de salida de Madrid, todo el mundo estuvo en el portal esperando al autobús, pero… el imprevisto de última hora: alguien falta. Tras unas tres horas de espera el profesor decide quedarse a esperarlo y nos manda de regreso a cargo del conductor del autobús. Paramos una media hora para comer y llegamos a Santander a las 8:10 de la noche, cuando la hora prevista era las 6:00.
Pero ¿y el final?: feliz. La persona desaparecida, regresó al hostal y el lunes ya estábamos todos en clase.

Trabajo original