Villaverde de Trucíos es un enclave cántabro situado fuera de nuestro territorio. En este reportaje descubrimos la cultura y alguna de las curiosidades de este paraíso olvidado. Sin duda alguna, esta localidad es un lugar maravilloso para poder visitar. Nosotros te lo recomendamos y esperamos que sea de tu agrado.

Villaverde de Trucíos es un enclave cantabro (un enclave es un territorio perteneciente a una comunidad autónoma que está encuadrado en otra comunidad, es decir, perteneciente a distinta jurisdicción) que se encuentra en la comarca del Agüera (provincia de Vizcaya) a 79 Kilómetro de Santander. Se puede llegar desde Cantabria tomando la CA-150 cerca de Gibaja (Ramales) o por la CA-151 (desde Guriezo).

El Ayuntamiento de Villaverde de Trucíos pertenece a la localidad de Matanza, posee una superficie de 19,5 Kilómetros cuadrados en los que se asienta una población cercana a los 400 habitantes y cuyo actual alcalde es Pedro María Llaguno Artolachipi (UPCA).

Este enclave tiene una gran belleza paisajística (como se puede ver en las fotos que contiene este reportaje) y goza de una gran tranquilidad, es lugar ideal para descansar, ya que, en este espacio tan natural se puede olvidar uno de todo.

Además de esta belleza Villaverde de Trucíos es un lugar donde se siguen manteniendo las tradiciones vivas, recientemente se ha conseguido recuperar la famosa fiesta de la hoya carbonera.

Aparte de esta fiesta este ayuntamiento en la actualidad celebra diversas festividades tales como la de San Pedro el 29 de junio, el Corpus Christi, San Antonio el 13 de junio y la celebración de Nuestra Señora el 15 de agosto, pero en realidad la de mayor antigüedad y significado arcaico y tradicional es la que se celebra el 22 de mayo en el alto del monte, al cual van en peregrinación hasta una ermita o santuario que hay en la cima. El origen de esta celebración parece estar en que se utilizaba el alto del monte para llamar a los voceros de Villaverde de los ayuntamientos de Arcentales y de Valmaseda. Es tradición que a tal efecto los voceros utilizaban cuernos que hacían sonar. 

El pasado año se abrió en Villaverde de Trucíos un museo etnográfico, situado en unas antiguas escuelas, que realiza un repaso por las tradiciones, historia, ubicación y características del lugar, siendo de visita obligada si nos acercamos al municipio.
Este museo ofrece al visitante la posibilidad de realizar un viaje en el tiempo, la oportunidad de conocer cómo vivieron aquellas gentes en un pasado injustamente olvidado.
Hasta hace muy pocas décadas la relación entre hombre y naturaleza marcaba el ritmo de las actividades cotidianas y a ella le debemos la riqueza de esta cultura y la belleza de este paisaje.
De este modo, podemos ver diferentes instrumentos típicos de la vida cotidiana de la comarca, así como instrumentos y aperos de labranza, maquinaria, yugos para el ganado… A través de diversos paneles explicativos se expone la situación de Villaverde de Trucíos, su historia y algunos ejemplos de sus casonas blasonadas.

También permite tener la oportunidad de conocer con detenimiento oficios tan populares como la elaboración de carbón vegetal, la producción de sidra y chacolí, cómo era una serrería o como era la vida cotidiana en los hogares de la villa, además de hacer un repaso por las tradiciones más populares de sus habitantes.
Muy famoso también es el vino verde de Villaverde de Trucíos, también mencionado en los paneles del museo etnográfico. 

Uno de los deportes más arraigados en las comarcas del Asón y del Agüera es el pasabolo tablón, curiosa y espectacular modalidad del juego de los bolos.

El edificio más interesante de esta comarca es el de la iglesia de Santa María aunque, por desgracia, en la actualidad se encuentra en ruinas. Fue edificada en el siglo XVI y llama la atención la portada de arco de medio punto con bóvedas labradas. Se haya enmarcada por pilastras y rematada por frontón con venera en la que se encuentra la imagen de piedra de Santa María.

La razón de que este enclave pertenezca a Cantabria hay que buscarla en el siglo XV, cuando la familia Velasco adquirió estos territorios de la de Avellaneda.

A la denominación histórica tradicional de Valle de Villaverde se le añade desde la segunda mitad del siglo XVIII la de Trucíos y con este nombre queda configurado como ayuntamiento durante el periodo constitucional del siglo XIX, quedando integrado en los ayuntamientos de la provincia de Santander desde el año 1835.

Sin duda alguna este enclave cántabro es un lugar maravilloso para poder visitar, nosotros te lo recomendamos y esperamos que sea de tu agrado.

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