Puede que este titulo suene un tanto sensacionalista, pero la realidad es que desgraciadamente la escala de valores de ciertos dirigentes políticos en el mundo, en particular del todopoderoso presidente de los EEUU, se mueve bajo este eslogan: ‘Una vida vale lo que un barril de petróleo’. Faltan dos meses para que se cumplan tres años de la invasión norteamericana en Irak y si hacemos un balance de pérdidas y ganancias, básicamente nos encontramos con que EEUU cuenta con unas 2000 vidas humanas perdidas y diez mil soldados heridos, de los cuales, según el Pentágono, ninguno ha muerto. Difícil de creer. Puede que Dios de veras haya bendecido los Estados Unidos de América.
De las bajas tanto militares como civiles de Irak, mejor ni hablar, porque son cifras que superan con creces las bajas esperadas en una guerra de éstas características, preventiva y rápida, según dijo George Bush, pero que aún hoy causa bajas en ambos bandos por los ataques de la guerrilla terrorista.
En el aspecto económico, la guerra ha resultado a priori un verdadero desastre, la cifra de gastos ha superado el billón de dólares y los beneficios económicos que se han obtenido por la apropiación de las explotaciones petrolíferas no justifican para nada la inversión hecha por Bush en la guerra.
En los aspectos positivos nos encontramos con el hecho de que la familia Bush ha ganado millones en esta guerra, aunque haciendo una reflexión no muy profunda podemos llegar a la conclusión de que este aspecto es positivo para la familia Bush, pero para la inmensa mayoría de la humanidad (particularmente para los americanos e iraquíes caídos y para sus familias), no parece para nada beneficioso (tengo mis dudas sobre que mañana Bush empiece a arrojar billetes desde el tejado de la Casa Blanca o a repartir millones a viudas de los caídos en Irak).
Cuando digo que Bush ha ganado millones de dólares en esta guerra me refiero a la familia casi al completo, pues la costumbre de pagar el dinero con sangre ajena le viene a éste clan de hace ya más de tres cuartos de siglo. Esta sádica e inmoral costumbre comienza ya a darse en uno de sus parientes más antiguos, el abuelo de George Bush Jr., Prescott Bush, que hizo fortuna financiando mediante su banco el UBC (Union Banking Corporation) la ascensión de Hitler al poder en Alemania y el desarrollo de la maquinaria de guerra nazi. Es paradójico cómo un presidente de un país puede ser familiar de alguien que al menos en términos morales sería considerado como un traidor.
En el caso de esta guerra los grandes beneficiados han sido los hermanos de George Bush Jr, Marvin, Neil y Jeb Bush, respectivamente, así como su tío William Bucky’ Bush y, en parte, su padre George Bush Sr. En el caso de Neil Mallon Bush su labor con la empresa Cresst Investment Company es la de servir de promotor e intermediario de compañías que se interesen por establecer negocios en Irak, ya sean relacionados con el petróleo o con cualquier suministro o servicio a prestar.
Por parte de el tío Bucky es destacable que en marzo del 2000 ingresó en la empresa Engineered Support System que se dedica a la venta de equipos ligeros y pesados de apoyo militar y sistemas electrónicos automáticos de aplicación bélica, constituyendo una de los 100 suministradores más importantes del Ministerio de Defensa, al que ha vendido más de 1000 millones de dólares en equipos y material militar.
Haciendo referencia a Bush padre, es destacable que sus relaciones con la empresa Halliburton y con el Grupo Carlyle le han reportado sin duda amplios beneficios. La Halliburton se ha dedicado básicamente al negocio de la comercialización del petróleo iraquí. El Grupo Carlyle, dedicado principalmente a la venta de equipos y suministros militares, también se encontraba vinculada con el padre del actual presidente George Bush. En el 2003 este grupo ocupó el lugar 11 dentro de los suministradores al gobierno federal, con el que firmó contratos por valor de 2.100 millones de dólares gracias a la guerra en Irak, lean y juzguen por ustedes mismos.
El siguiente familiar a destacar es Marvin P. Bush, que se dedica a la promoción de negocios con el gobierno federal, recibiendo una comisión por parte de este por cada uno de estos negocios que siga adelante, trabaja principalmente en el ámbito del suministro de materiales y equipos militares. Gobernador de la Florida, Jeb tiene dinero invertido en Wiston Capital Fund, que está asimismo bajo la dirección de Marvin. Esta empresa vendió más de 80 millones de dólares en material de telecomunicaciones para el ejército estadounidense en terreno iraquí.
Así, podemos verificar que esta guerra no constituye ninguna justicia infinita ni ninguno de esos absurdos nombres que Bush intenta poner a sus guerras sin sentido o causa.
La situación actual en Irak no es para nada tranquilizadora, me atrevería a decir que resulta más bien alarmante, pues después de unos comicios que se veía a la legua estaban muy amañados, la situación política y social en Irak no ha mejorado para nada. Cada día que pasa observamos en las noticias diferentes atentados de minorías que constituyen la resistencia y que matan tanto americanos como a policías y soldados iraquíes.
Para acabar, sólo me cabe decir que tras tres años la evidencia se ha hecho irrefutable: se ha cometido un crimen contra la humanidad en general, en Irak no había armas de destrucción masiva y por mucho que Bush bromee buscándolas bajo la alfombra presidencial de la Casa Blanca (broma sin sentido que constituye una gran falta de respeto para viudas y familiares de los caídos en la guerra) no se van a encontrar, porque simplemente no existía tal plan de desarrollo de armas. Tal vez los americanos debieran recapacitar y en las próximas elecciones elegir a un presidente con un mínimo de respeto por la humanidad en general, y que en vez de mirar al mundo por encima del hombro y destruir a todo el que no se postrase ante el, tratase de mejorar este mundo que ya de por si se nos hace incontrolable en ocasiones.