Recientemente, a las 8:40 horas de la mañana, los alumnos de 2º de la ESO y los profesores María Dolores y Nacho subimos a un autobús de la compañía Alsa con dirección a Liérganes para dar un paseo junto al río Miera y visitar el Fluviarium. El termómetro digital del autobús señalaba 10º C y el tiempo estaba nublado y sin indicios de viento.

Tomamos dirección Bilbao por la E-70 y atravesamos los pueblos de Pomaluengo, la Penilla, donde empezó a llover, y La Cavada, donde recogimos a nuestra tutora Leonor, que reside allí. Llegamos a Liérganes a las 9:01 horas.
En una rústica marquesina de madera nos esperaba nuestra guía. Con ella anduvimos por el camino que discurre paralelo al río Miera, un ‘LIC’ cántabro junto a los ríos Pas, Asón y Pisueña, afluente del Pas. El Miera nace en el Portillo de Lunada y desemboca en la ría de Cubas.

Por aquel entonces la lluvia nos sacudía sin piedad, y más de uno se mojó por no traer paraguas. La pista finalizó en una antigua casa de piedra y nos metimos por un sendero embarrado y lleno de trampas, llegando a alcanzar un desnivel con respecto al río de 30 metros.
A los costados del Miera se extiende una red de flora: sauces, alisos, chopos, avellanos, fresnos y diversa vegetación herbácea. También se denomina bosque de ribera o galería, y evita los desbordamientos y regula la temperatura del agua. Kevin, de 2º A, encontró una salamandra verde y amarilla a rayas que después de enseñarla, la devolvió a su hábitat natural.

A las once menos cuarto llegamos de nuevo a Liérganes. Nos rugían las tripas, así que los profesores fueron al bar ‘La Cruz de Rubalcaba’ y nos arreglamos para comer unos en la marquesina y otros bajo el tejado del bar. Quince minutos después, el autobús, cuyo ya nombrado termómetro lucía 11º C, nos recogió y nos dejó cinco minutos después, frente al Fluviarium.
Cogimos las entradas y algunos folletos y nos dividimos en dos grupos. A continuación, Patricia, nuestra guía, nos fue explicando y enseñando los distintos paneles y maquetas: Vida en la montaña (vegetación y fauna); Vida pasiega; Ríos y valles; Problemas y consecuencias; Formación del suelo y otros.

También acudimos a un acuario con cangrejos, salmones, truchas, esturiones y otros seres del río. Lo que más nos llamó la atención fueron tres nutrias asiáticas muy sociables. Luego vimos un montaje tipo documental e hicimos un juego sobre el río por grupos.

A las 13:35 finalizó esta interesante visita, y a menos diez estábamos en el autobús al que, de nuevo, Leonor no subió.
Hacia las 14:10 llegamos al Instituto, y 15 minutos más tarde, finalizaban las clases.

 

Trabajo original