Hay multitud de leyendas urbanas que corren de boca en boca desde hace años. Internet ha supuesto que se extiendan a mayor velocidad. Hemos hecho una pequeña selección de las leyendas de terror que más nos gustan, pero si aún no sabes nada de leyendas urbanas lee esta introducción antes de empezar.

¿Qué es una leyenda urbana?

Una leyenda urbana es una buena, cautivadora, increíble, excitante, terrorífica historia que circula espontáneamente entre una gran audiencia, que se narra de diversas formas y que tiende a considerarse como cierta a pesar de la evidencia en contra en que se sustenta. Puede estar basada o tener su origen en un hecho que realmente llegó a ocurrir.

Algunas personas prefieren el término Mito Urbano en lugar de Leyenda Urbana; éstos son términos intercambiables. Las leyendas urbanas son historias llenas de detalles magnificados y desproporcionados respecto a la narración original. Son creíbles, y a la vez, increíbles, e inverificables (no puede contrastarse con un hecho real). Por el contrario, los mitos son cuentos ficticios sobre personas que nunca existieron o hechos que nunca pudieron suceder.

LEYENDAS DE VERÓNICA

Hay muchas leyendas que hablan sobre Verónica, hemos elegido dos de las más populares y que más nos gustan:

Carolina y Verónica:

Carolina y Verónica eran dos jóvenes novicias de un convento, el cual, actualmente, es un colegio de primaria y secundaria.

Estas dos jóvenes habían sido amigas desde la infancia y juntas habían decidido conventirse en religiosas. Durante el último año de sus estudios se celebró en el convento una pequeña convivencia religiosa en la que participaron las otras congregaciones de la comarca. De una de ellas procedía un joven que había sido criado por los monjes debido a que su madre le abandonó. Este joven era bastante atractivo y Carolina se enamoró de él a pesar de sus votos. Por otro lado Verónica también se enamoró de él, pero lo mantuvo en secreto hasta que una noche Carolina fue a buscarla y la encontró en la habitación del joven acostándose con él. Carolina salió corriendo de la habitación gritando sin darle tiempo a Verónica de explicar que había renunciado a la vida religiosa y había decidido casarse con el joven. Al ver que era imposible que Carolina atendiera a razones decidió acostarse y ya hablaría con ella por la mañana. Pero esa mañana nunca llegaría para ella.

Por la noche Carolina cogió las tijeras que usaban en los talleres de costura, las cuales estaban atadas a un lazo rojo para poderse colgar del cuello y así no perderlas. Esta se dirigió sigilosamente hacia el cuarto donde se hallaba Verónica durmiendo, se acercó a la cama, levantó las tijeras abiertas y se las clavó a Verónica en el pecho al mismo tiempo que esta gritaba su nombre. Asustada por lo que había hecho, Carolina cogió el cuerpo de Verónica y lo enterró en el huerto del convento con las tijeras todavía clavadas en el pecho.

Al año siguiente Carolina seguía estudiando en el convento y todo el mundo creía que Verónica se había fugado con aquel joven del que se había enamorado, pero la noche en que se celebraba el aniversario de la muerte de Verónica, Carolina comenzó a escuchar un ruido de pasos en el corredor que se dirigían a su habitación. De repente, la puerta se abrió y Carolina fue incapaz de abrir los ojos hasta que un escalofrío recorrió su cuerpo estremeciéndola de miedo que le hizo abrirlos y observó el cuerpo putrefacto de su amiga la cual sujetaba en las manos las tijeras con el lazo rojo. En cuestión de segundos Verónica clavó las tijeras en el corazón de su amiga, dándole muerte.

Al día siguiente las hermanas de la orden hallaron sobre la cama de Carolina las tijeras con el lazo rojo y una pequeña Biblia en cuyas tapas Carolina relataba lo sucedido una noche hacía ya un año cuando por celos había matado a su mejor amiga.

Se dice que el espíritu de Verónica todavía vaga buscando venganza y que para invocarla es necesaria una tabla de ouija, una Biblia abierta por la mitad y unas tijeras abiertas rodeadas por un lazo rojo, pero esto es muy peligroso de hacer, ya que si aparece Verónica y encuentra a alguien en la reunión con los mismos sentimientos de celos y odio que su amiga Carolina, le clavará los tijeras en el corazón.

Verónica:

Hay otra versión de esta leyenda y trata sobre una chica a la que le gustaba mucho el espiritismo, pero ella era muy miedosa, y un día le contaron una historia de Verónica que dice que si a medianoche haces un círculo y en el centro pones una Biblia, una rosa, las tijeras con la que has cortado la rosa, y un tablero de espiritismo con un vaso, y luego pronuncias cinco veces su nombre, entonces Verónica habla contigo y te dice cómo y dónde vas a morir.

La chica, al contarle esta historia, tuvo gran interés pero también miedo, decidió que tenía que hacerlo. Una noche se quedó sola en casa y aprovechó para intentarlo: cortó una rosa de su jardín e hizo un círculo en el salón , puso una Biblia, la rosa, las tijeras y el tablero de espiritismo. Esperó hasta que fue medianoche y pronunció su nombre cinco veces, pero no sucedió nada. La chica esperó un rato y de pronto vio que el vaso empezó a moverse y pudo leer:

Morirás ésta noche. Cuando la rosa se marchite, las tijeras se te clavarán en el pecho.

La chica, toda asustada, gritó en voz alta:

¡No quiero morir! ¿Eres Verónica? Por favor, no me hagas daño.

Vio que el vaso se movía y leyó:

Soy Verónica, yo no te voy a hacer daño, pero tú no puedes evitar tu destino.

La chica empezó a ponerse histérica, pegó una patada al tablero de espiritismo y todo salió por los aires, pero entonces vio la rosa y pensó que si nunca se marchitaba no se le clavaría la tijera, entonces salió disparada a por la rosa, pero tropezó con el tablero, se cayó encima de las tijeras y se las clavó en el pecho. Dicen que cuando sus padres la encontraron había un hermoso rosal que brotaba de su sangre.

 

Trabajo original