Hemos ido a visitar al pintor cántabro Juan José Viota, antiguo alumno del instituto convertido ahora en un artista con cosas interesantes que decir.

Datos personales

  • Nombre: Juan José Viota
  • Nace en Santander
  • Pintor
  • Estudia en el IES Augusto González Linares, antiguo «Politécnico»
  • Acude a clases de pintura en la academia de Fernando G. Valdeón

Estuvimos un par de horas charlando con Juan José Viota, le formulamos algunas preguntas y aquí os traemos sus las respuestas.
Os aconsejo que prestéis atención porque realmente merece la pena saber algo más acerca de una persona tan interesante como él.

Pregunta.– ¿Hubo algo especial en la época en que tenías entre quince y veinte años que te guste recordar?
Respuesta.- Hubo varias cosas y entre ellas está el descubrir el mundo del cómic. A mí siempre me gustó dibujar, desde niño. Estaba en el instituto cuando fui con un compañero a la primera tienda de cómics que había en Santander, si no recuerdo mal, en la Calle Burgos y a partir de ahí empecé con el dibujo de fantasía, de ciencia-ficción,…
También me introduje en el mundo de la ilustración, que para mí es un mundo apasionante, precioso y fue un poco las raíces para pasar después a la pintura.

P. – ¿Recuerdos del instituto?
R. – La verdad es que muchos, la amistad con maestros y compañeros, sobre todo mi amigo Masi, compañero de delineación con el que compartía aficiones y deportes como el Break y el monopatín. Y también lo que pude aprender en esa época sobre el dibujo técnico, que me ha ayudado porque me dio una buena base y capacidad espacial para entender el ambiente del cuadro, la atmósfera…

P. -¿Cuáles son las dificultades que hay que superar para dedicarse a la pintura, y qué esperas de ella?
R. – Todo. La pintura es mi vida y así lo creo. Para superarla nada es más importante que el trabajo. Se deben superar obstáculos trabajando, siendo sincero contigo mismo y con los demás. Más adelante ya conseguirás las exposiciones y todo lo que conllevan. Todo esto se consigue trabajando muy duro. Las cualidades que se necesitan son la constancia, el rigor, una buena dosis de imaginación y una buena base de color y de dibujo, aunque muchos digan que no. ¡Parece mentira que no se acuerden de que ellos empezaron así! También originalidad, aunque ésta ya llegará con el tiempo y de forma natural.

P. – ¿Qué puede ser motivo de inspiración?
R. – Todo. Este momento, según sales a la calle, desde por la mañana,… Todo te afecta. Del mismo modo que tú lo puedes plasmar de otra forma, yo lo hago pintando.

P. -. ¿Dedicas mucho tiempo a cada obra?
R. – Trabajo todos los días, excepto algún domingo, y alrededor de cinco o seis horas. Tampoco es necesario más. El tiempo que empleo en cada cuadro depende de la dificultad que te impongas tú o que te imponga él, porque algunas veces el cuadro te puede a ti y lo mejor es dejarle apartado y empezar con otros nuevos. Comenzarlos porque te pueden aportar ideas para acabar el anterior. Además, muchas veces es más importante el periodo de reflexión… Es otra manera de pintar. Puedes tardar un día o un mes.

P. – ¿Qué cosas interesantes se están haciendo en Santander en pintura?
R. – Hay artistas que llevan trayectorias bastante importantes, incluso a nivel internacional como es el caso de Juan Uslé y su mujer, con un trabajo de vanguardia. Hay otros no tan reconocidos como Jacobo Goiría que también trabaja muy bien. Asimismo Grúber o Esteban de la Foz, que se puede decir que es el maestro de la mayoría, Valdeón, el que fue mi maestro como pintor figurativo….

P. -¿Tienes alguna obra preferida?
R. – Sí, varias, a pesar de no ser comparables, cada una dentro de una concepción distinta. De la etapa expresionista destacaría el cuadro de una escalera «Ansiedad» que es como una mirada al vacío.

P. -¿Y qué no te guste demasiado?
R. – El retrato que estoy haciendo, los encargos en general. Tengo cuadros a los que, si no me gusta el resultado, los doy la vuelta y vuelvo a pintar. Hace poco he vendido a una amiga un cuadro que tengo de hace muchísimos años y que nunca pensé que fuera a vender. Pero me pidió que se lo retocara y lo hice. Fue curioso.

P. – Cuando eras alumno del centro, ¿te imaginabas un futuro como el que tienes ahora?
R. – Sí. Sabía que una vez saliera del instituto, acabaría pintando. Lo tenía muy claro.

P. – ¿Les dirías algo sobre su futuro a los chicos que están entre quince y veinte años y les da por pensar en el mundo artístico?
R. – Les diría que hagan lo que crean. Si algo se les da, que se metan de lleno en ello y asuman todas las consecuencias. A mí me queda mucho camino por recorrer que todavía no he conseguido. Pero me he dedicado a lo que quería y, más o menos, tengo un sueldo todos los meses. Puedo vivir de mi trabajo.

Trayectoria de Juan José Viota:
Del Realismo Mágico a la Abstracción

Juan José Viota nos cuenta en sus palabras toda su trayectoria artística desde que dejó el instituto:

Cuando salí del Politécnico, mis clases fueron las de la academia de Fernando G. Valdeón, donde aprendí dibujo académico hasta el color. Fue una buenísima base para seguir adelante.

Después hice visitas a escuelas de Bellas Artes, como la de Bilbao y Salamanca, donde estudiaron ex-alumnos míos. También he asistido a muchas exposiciones porque de este modo descubres otro tipo de pinturas con distinto estilo a las de tu maestro. En mi caso, así descubrí otros lenguajes artísticos distintos a los que ya conocía.

Salí del Taller de Valdeón con uno estilo muy definido, muy similar al suyo: el realismo mágico, y a partir de ahí fui buscando mi propio camino y encontrándome.
Siempre se tiene el rasgo similar de la persona que te ha enseñado.
Documentándome e investigando llegué a una figuración más suelta.
Creé un universo con ambientes de mucha atmósfera, lugares abandonados, naves con luces muy definidas, ventanas abiertas o entreabiertas, todo ese mundo que parece feo, pero que si lo observas bien y lo transfieres al lienzo se convierten en algo bello.
Ese fue el paso al realismo de interiores.

Después transcurrió un período de mi vida de un poco de intranquilidad y malestar y me introduje en una pintura más visceral, un expresionismo en el que incorporaba a la pintura del óleo otros materiales tales como madera, arena, redecilla, que le aportaban al cuadro más textura, incluso resultaban hirientes al tacto, con colores muy fuertes, pero siempre como un punto de luz que abrían una puerta a la esperanza.
Duró esta época cerca de dos años y pinté alrededor de cincuenta cuadros y, es curioso, cuando me encuentro bajo de ánimos, pinto autorretratos.

A partir de ahí me fui serenando y volví a la figuración con un realismo más suave. Fue un corte casi radical, aportando nuevas formas, nuevo realismo y también temas arquitectónicos, columnas, fachadas….
Vuelvo a lo mismo, pero con una organización más acabada, más cuidada y, dentro de la nueva configuración, descubro los andamiajes.
Los veo como la estructura de las cosas, como la forma de empezar algo, sobre todo la luz sobre esos andamios con las mallas verdes que me recordaban a un mar vertical y lo que me sugerían las proyecciones de sombras de los árboles, de las barras. Me recordaban a los pintores constructivistas y quise fusionar y crear un estilo propio.

Mezclé realismo, abstracción lírica y geometría y conformé un estilo sugerente a la vista. A partir de ahí, eliminé lo real y anecdótico y me adentré en la abstracción, en crear a partir de la nada logrando atmósferas y campos de color muy equilibrados.

Empecé con un mundo de símbolos en el que estoy inmerso ahora, con relación entre fondo y forma, en ese contraste de formas ingrávidas que se sostienen no se sabe cómo.
Es como un mundo de ilusión

Espero que esta entrevista os haya servido para conocer un poco más de este artista, de esta persona que ha sabido ser fiel a si misma y abrirse camino en este mundo tan difícil y competitivo de la pintura, trabajando y luchando por lo que creía y cree.
Ojalá a partir de ahora, todos podamos participar mejor de su obra, aunque sólo sea un poquito.

Gracias a ti, por atendernos tan amablemente y por crear cosas bellas.

 

Trabajo original