Santander es una de las 31 ciudades más bonitas del mundo y una de las más sucias debido a la actividad del puerto con los minerales. El carbón, la sosa y la cal son los grandes problemas de Santander y con fáciles soluciones que el puerto de Santander, el Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Santander no consiguen llevar a fin. Estos minerales se pueden respirar fácilmente y con el viento sur pasan al aire ensuciando todas las fachadas, los coches y viviendas que rodean nuestro ambiente día a día.
Nuestro colegio, uno de los afectados por el carbón, intenta poner soluciones al problema, ya que nuestro patio se ennegrece más a cada día que pasa. Los alumnos del centro Miguel Bravo–AA. La Salle, que cuenta con más de 380 alumnos, han señalado que todo el Barrio Pesquero y el alumnado están cubierto por una manta negra de polvo oscuro que les hace llorar los ojos, y subir a las aulas ennegrecidos cada vez que sopla el viento sur.
No sólo el Barrio Pesquero y el barrio Castilla Hermida se ve afectado, si no el resto de Santander. Cada vez que llega un barco trae más de sesenta y cuatro mil toneladas de estos materiales. La autoridad portuaria ha puesto a funcionar aspersores de agua cuando el viento sopla a más de 25 Km/h, con el fin de hacer una espesa capa y que el carbón no se eleve con el viento. Aún así esta medida no es suficiente.
Dice la autoridad portuaria que están construyendo diferentes naves de grandes medidas para introducir las toneladas de carbón, pero… ¿dónde están?
De diferentes maneras se podría solucionar el problema que nos acecha en nuestra vida diaria. Pero tampoco debemos olvidar que estos minerales son un bien para los que trabajan diariamente, los obreros del puerto y los transportistas.
He aquí un gran problema con soluciones que no se llevan a cabo.