Realizar una entrevista es algo más que apuntar unas respuestas en un papel, pues no es lo mismo abordar a un escritor que a un presidente de Gobierno. Para ello, hay que preparársela primero mediante una serie de técnicas y trucos que explicaremos a continuación.

  • Lo primero que hay que tener en cuenta es la persona a la que vamos a entrevistar. Según el cargo que tenga interesará más un aspecto u otro de su vida.
    Por ejemplo, si nos mandan entrevistar a Gabriel García Márquez habrá que indagar, sobre todo, en su obra literaria. Pero si nuestro entrevistado es un personaje de la prensa del corazón como la princesa Carolina de Mónaco, las preguntas se dirigirán más a su vida personal.
  • Una vez que sepamos el nombre y el cargo de nuestro entrevistado debemos de proceder al trabajo de documentación. Para hacer una entrevista seria y completa nos deberemos de informar antes sobre la carrera profesional o la vida de nuestro entrevistado, dependiendo del cargo de la persona.
    • A continuación escribiremos el guion con las preguntas que vayamos a realizar. Hay que tener en cuenta que el guión no deja de ser eso, es decir, que luego en la entrevista realizaremos las preguntas según el rumbo que vaya tomando la entrevista.
  • El siguiente paso será el cara a cara con el entrevistado. En esta fase es muy importante que el periodista domine la situación, es decir, que sepa cuándo cortar a su interlocutor y que éste no le lleve al ámbito que él quiera. Esto suele suceder mucho con los políticos, que intentan ‘escaquearse’ de algunas preguntas y llevarte a los temas que ellos quieren.
    • Por último, y con el material en la mano, se elegirá la respuesta más impactante, interesante o curiosa (según el personaje de que se trate), que servirá para titular la entrevista. Siempre conviene poner antes una introducción para ubicar al lector con el personaje.

    Bueno, estas son las reglas, que vosotros deberéis poner en práctica para la sección de ‘Preguntas y respuestas’ de Red-acción o para cualquier otra publicación. Una vez conocidas las reglas, sólo falta cruzar los dedos para que nuestro entrevistado sea un personaje con facilidad de palabra y que no se limite a decir ‘sí’ o ‘no’. Pero, bueno, eso ya no depende de nosotros… ¡Suerte!

    Trabajo original