Os contaría una descripción detallada de las visitas que hicimos en nuestro viaje de fin de curso a Reino Unido, pero sería muy aburrido, así que prefiero hablaros de las anécdotas que vivimos.
Primer día:
El autobús nos cogió en el colegio a la ocho de la mañana para llevarnos a Bilbao, donde cogeríamos el buque Pride of Bilbao hacia las once de la mañana. Esta precisión de tiempo no pudo ser ya que el buque se retrasó cinco horas debido a que ¡tuvieron problemas con uno de los pasajeros en mitad del océano! (tuvo un infarto). Para no aburrirnos durante esas cinco horas decidimos dar unas vueltas por Bilbao y jugar a las cartas.
A las cuatro de la tarde entramos en el buque y conocimos nuestros camarotes y la maravillosa piscina (esto claramente es una ironía, ya que cuando fuimos a la piscina nos dijeron que ya la habían cerrado porque ya era tarde, las seis).
Lo mejor del día fue la discoteca, cuando unos amigos y yo salimos a bailar a la pista de baile en la que no había nadie. Esto fue un poco vergonzoso ya que todo el mundo nos miraba.
Segundo día:
El segundo día estuvimos conociendo más a fondo el buque (es decir, visitamos todos los baños que había, no como turismo, sino por nuestro gran mareo).
A las 0:30 de la noche llegamos a Portsmouth y conocimos (aunque en ocasiones veíamos personas en la casa que no sabíamos si eran de la familia o eran el bucanero) a nuestras familias. Bueno, si a eso se le puede llamar familia, ya que la mayor parte de las personas que nos acogían eran solteras y sin hijos.
Las cosas más importantes de los siguientes seis días:
El tercer día visitamos Londres, uno de los lugares que más nos gustó. Ese día vimos la «gran» altura que tiene el Big Ben en la realidad.
El cuarto día visitamos Bath, sin duda la visita más aburrida de todo el viaje. También visitamos Stonehenge, o mejor dicho, vimos rápidamente desde el autobús Stonehenge.
El quinto día fuimos a Oxford, otra de las visitas que más llamó nuestra atención. En las innumerables visitas que hicimos conocimos: Winchester, la Torre de Londres…
Las últimas dos noches fueron las mejores gracias a la discoteca. En ella, algunas personas conocieron algunas facetas de sus compañeros que desconocían, como la mía: «el rey de la pista», je, je.
Podría contaros un montón de anécdotas más, pero lo mejor es animaros a conocerlas en primera persona y disfrutar del fin de curso con vuestros compañeros como hicimos nosotros.
Me gustaría dar las gracias a los organizadores de este viaje que hicieron posible que este viaje de fin de curso a Reino Unido se hiciese tan magnífico e inolvidable. Gracias Rebeca y Carlos.