Para aprender inglés es importante acudir al lugar donde se habla. Nos fuimos a Londres de intercambio, una experiencia que ha merecido la pena, pues aparte de conocer una ciudad muy cosmopolita, con costumbres distintas a las nuestras, nos ha servido para hacer nuevas amistades.
El día 15 de septiembre, viernes, cogimos el avión en el aeropuerto de Parayas con destino a Londres, donde llegamos sobre las siete de la tarde hora local. Allí nos estaba esperando un autobús para trasladarnos al colegio de St. Michael´s, donde nos esperaban las compañeras inglesas junto con sus familias.
El fin de semana entero lo pasamos con las familias respectivas, así que no nos quedó más remedio que utilizar nuestros conocimientos de la lengua, en algún caso algo escasos.
El sábado algunos fuimos de compras por Londres y sus alrededores, como Camden Town, una calle famosa por su mercadillo.
El domingo por la mañana me quedé en casa pues Sara, ‘my english partner’, trabajaba ese día hasta las 14:00 en un famoso centro comercial de Oxford Street. Es curioso como allí la gente de nuestra edad se busca alguna ocupación en su tiempo libre para ganarse unas cuantas libras (‘pocket money’), aún cuando el nivel de vida de sus familias es medio-alto. Por la tarde me llevaron a patinar sobre hielo. Fue muy divertido aunque pasé más tiempo en el suelo que patinando.
Y llegó el lunes. A las 8:30 nos reuníamos en el colegio para, junto a nuestros profesores, ir a visitar lo programado para ese día. Primero fuimos a ver el London Eye, una noria gigante estrenada con motivo del nuevo milenio desde donde se contemplan unas vistas espectaculares de la cuidad; de ahí al Palacio de Buckingham a ver el cambio de la guardia y al parque de St. James, donde comimos el ‘packed lunch’. A continuación fuimos a la National Gallery en Trafalgar Square donde pudimos contemplar el famoso cuadro de ‘Los Girasoles’ y, ya por la tarde y junto con mi compañera inglesa, al cine a ver la película de Almodóvar ‘Volver’.
El martes visitamos la Torre de Londres, Tower Bridge, y Harrods, los más famosos grandes almacenes de Londres. El exterior del edificio es impresionante y su interior espectacular. Merece la pena visitar la zona de la pescadería.
El miércoles día 20 tocaba ir de museos: Natural History Museum, Albert and Victoria…. Y por la noche cenamos en un restaurante español. ¡Qué bueno estaba todo!
Lo mejor fue el jueves ya que, después de visitar la sala egipcia del British Museum, nos fuimos de compras por Oxford Street.
Esa tarde la pasamos en casa haciendo las maletas y descansando un poco pues al día siguiente teníamos que estar en el aeropuerto a las 5:00 de la madrugada. La verdad es que el intercambio ha merecido la pena, pues aparte de conocer una ciudad tan cosmopolita como Londres, con sus costumbres tan distintas a las nuestras, nos ha servido para hacer nuevas amistades. Si pudiera volvería a repetir esta experiencia, aunque lo que tengo claro es que vivir como se vive aquí en ninguna parte.