Bruce Springsteen visitaba la ciudad de Santander el pasado 25 de octubre, en un brillante episodio de la gira que ha desarrollado por España, y que le ha llevado también a ciudades como Madrid, Granada o Valencia. Pero no todo fue de color de rosa…

La gira 2006 ha traído la novedad de no ver a Bruce junto a su mítica banda E-Street Band, que para esta ocasión ha sido sustituída por los 17 componentes de la Seeger Sessions Band, con la que ha presentado su último disco, un homenaje al músico estadounidense Pete Seeger, de ahí el nombre ‘We Shall Overcome. The Seeger Sessions’.

El extraordinario concierto al que pudimos asistir el pasado día 25 ha servido para reivindicar a Santander como lugar de destino obligado en los grandes tours internacionales, tanto por la respuesta del público, como por el nivel organizativo una vez iniciado el espectáculo. Todo en esa noche resultó brillante, emocionante y profesional. Bruce mezcló con la maestría de los grandes una fórmula novedosa y atrayente, la mezcla del espíritu del viejo Oeste americano, el folk y el country, las raíces más profundas de su país, aderezados con un toque cosmopolita y marcadamente universal. Magnífica la complicidad entre el ‘Boss’ y su banda, la delicadeza de trato con el público, su respeto y entrega hacia éste.

A lo largo de más de dos horas el músico nos deleitó con lo mejor de este estilo, con piezas como John Henry, Old Dan Tucker, Atlantic City, All The Way Home, Further On (Up The Road), Jesse James, Oh Mary Don’t You Weep, Bobby Jean, Erie Canal, My Oklahoma Home, The Ghost of Tom Joad, Mrs. McGrath, How Can A Poor Man Stand Such Times And Live?, Jacob’s Ladder, Love of the Common People, Open All Night, Pay Me My Money Down, You Can Look (But You Better Not Touch), When The Saints Go Marching In, This Little Light of Mine, American Land o Froggie Went A-Courtin’.

Sin embargo, no todo ha sido brillante en esta apuesta segura del gobierno autónomo y su consejero de cultura, que han desplegado una labor ingente para traer a Cantabria a una mezcla de geniales novedades, joyas consagradas (como ésta) y viejas glorias inclasificables. Muchas dudas se han cernido sobre este concierto, maravilloso en lo artístico y herrumbroso en la organización. Se anunció a bombo y platillo, por parte del consejero y en ciertos medios, la llegada del ‘Boss’ a Cantabria y la manera en que se iba a vender. Durante semanas fue conocido el portal de internet que tendría la exclusividad de la venta (ticktackticket). El día de la verdad, cientos de cántabros y de gente de toda España, vieron con desazón como el portal, que hasta ese momento vendía sin problemas las entradas para los conciertos de toda España, se quedaba «colapsado», e impedía la venta. Pero, ¡oh milagro!, una cola de informados se encontraba en las taquillas del cine Bonifaz, donde pronto se agotarían las entradas y otra guardaba visperas en el Palacio de Festivales. Sin comentarios.

Cuando el mundo daba por perdido el tema, el gobierno anuncia que se pondrán a la venta 550 entradas más el ¡día antes!, en las taquillas del Palacio de Festivales y desde las 10:00 horas. La ampliación del aforo resultó que era posible porque al montar el escenario el lumbreras encargado descubre que éste no ocupa tanto como esperaban (¿nadie lo vio antes?, ¿era un estreno mundial y el escenario estaba sin medir?, ¿en el viaje menguó?, ¿en Santander los músicos encogieron?). Las nuevas mediciones (¿?) confirmaron que era posible habilitar unas nuevas localidades sin perjudicar la visibilidad del espectáculo. Pues no contentos con eso, parece que vuelven a medir y vuelven a descubrir que el escenario era de bolsillo, y aparecen 400 entradas más que se pusieron a la venta el mismo día 26. Increíble, lo nunca visto. Quizá una breve y sincera explicación sería conveniente sobre lo ocurrido, y, sobre todo, un fuerte espíritu de enmienda y alguna disculpa a los que entre tanta medida se quedaron sin ver al maestro.

Gracias Bruce

 

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