El río Miera nace en las brañas del Pico del Fraile, en el Portillo de Lunada, que se encuentra entre Soba y San Roque de Rio Miera. Desemboca en la ría de Cubas, en la bahía de Santander. Los pueblos más conocidos que atraviesa son San Roque de Riomiera, Miera, Liérganes, La Cavada, Solares, Villaverde de Pontones y Cubas.
Los árboles que más predominan en sus orillas son los bosques de acebos, espinos y robles, que son los más conocidos en la zona del Miera. En su paso por Liérganes pasa por un acotado de pesca. Y en un lugar en el que paramos hay un pozo negro.
En su tramo medio le afluyen cauces de agua subterráneas. Es un río de gran valor para las gentes que vivían y viven a su alrededor, gracias a los molinos, la pesca de la trucha y, anteriormente, también del salmón. También le atraviesa un puente antiguo.
El bosque de galería es aquel cuya vegetación sobrevive gracias a la humedad. La vegetación crece frondosa en las orillas del río. A estas especies se les denomina caducifolias. Se identifican porque el paisaje se ciñe al curso del río, porque tiene forma de túnel. En el cauce se encuentran los sauces y, más adentro, aliso, chopos, álamos, fresnos y olmos. También se encuentran los arbustos. Estos bosques tienen muchos aprovechamientos, por eso quedan muy pocos en España. Si se talasen todos se produciría menos oxigeno, no se sujetaría bien la roca y la tierra y se destruirían muchas casas de animales.
El Miera pasa por la zona pasiega. En tiempos medievales comenzaron su población en la montaña pasiega. Araban los prados y los bosques por primera vez y también vivían de la ganadería. En verano vivían en una cabaña y, cuando se acercaba el otoño, se trasladaban a otra cabaña que estaba a menor altitud. A este acto se le llama ‘muda’ en busca de los mejores pastos, según la estación. Sus costumbres han creado un rico folclore y una rica gastronomía.