Las cuatro, Ángela, Andrea, Cristina y Elena, dejábamos el 9 de diciembre nuestro colegio por unos días, acompañadas por nuestro profesor, José Javier, y una invasión de nervios. La razón de estos sentimientos era que teníamos que acudir a la Fase Autonómica del Modelo de Parlamento Europeo representando a la delegación de Cantabria. Los escenarios en los que íbamos a trabajar no pudieron ser mejores, las Casas del Tratado en Tordesillas y las Cortes de Castilla y León.

Allí nos encontramos con la delegación del colegio Kostka de Santander, otros cuatro compañeros, Oscar, Beatriz, Ángel y Marta y Javier, su profesor, con los que tuvimos la suerte de representar a Cantabria
El programa nos brindaba la oportunidad de reproducir el trabajo de un eurodiputado. Así trabajamos primero en comisiones los diferentes temas que se abordaban en esta edición, a saber el agua, el envejecimiento de la población, la ayuda a los países en desarrollo y la violencia y acoso en las aulas, creando resoluciones a estos problemas mediante el diálogo y el trabajo en equipo. ¡Todo esto nos atemorizaba!

Además de ser políticos por unos días y abandonar nuestro rol de estudiantes, pudimos conocer a un montón de compañeros de Asturias y Castilla y León. Tras una dinámica inicial de conocimiento, el team building. Comenzó el trabajo duro, pero los presidentes de comisión y los secretarios estaban allí para guiarnos. Tras una tarde y la siguiente mañana concluimos las resoluciones, a las que por la tarde buscaríamos los puntos débiles por delegaciones para formular las enmiendas.

Tras una noche en la que el más afortunado durmió poco más de tres horas, llegó el gran día, nos tocaba defender nuestro trabajo en el hemiciclo de las Cortes de Castilla y León, un escenario impresionante inaugurado hace poco más de un año. Venciendo nuestros temores, debatimos y argumentamos nuestras ideas, algo que nos hizo sentirnos orgullosas incluso de nosotras mismas. A media mañana recibimos la visita y felicitación del presidente de las Cortes de Castilla y León, José Manuel Fernández Santiago.

Cansancio, madrugones, trabajo duro y nervios son algunas de las palabras relacionadas con estos días, pero nada comparable a las nuevas amistades, las veladas que tuvimos, las comidas, cenas, desayunos y cafés del descanso, lo que hemos aprendido, la experiencia vivida y la enorme satisfacción que hemos sentido al recoger los frutos de nuestro trabajo.

Tristemente, ahora nos toca quitarnos los trajes y vivir siempre intoxicadas por este virus MEP que nos ha picado a todos, a no ser que nuestro sueño se cumpla y nuestro trabajo haya sido un pasaporte para llegar a la siguiente fase.

 

Trabajo original