He leído el libro ‘Dos años con Leonardo’ de Miguel Fernández Pacheco. Todo comienza en la noble villa italiana de Vinci. Allí es donde se fragua el carácter de nuestro protagonista, Odoardo di Ser Piero, hermanastro del famosísimo Leonardo da Vinci. Su parentesco biológico viene dado por padre, quien engendró a su primogénito -Leonardo- fuera del matrimonio.

La verdadera historia comienza cuando el padre de Odoardo descubre unas pequeñas esculturas realizadas por su vástago. Éstas son de carácter mitológico: gorgonas, madonnas, etc…. Es entonces cuando encuentra una solución para quitarle a Odoardo la “absurda” idea de ser soldado.
Para esto, ordena al protagonista visitar a su hermanastro en Milán, en una época en la que Leonardo es ya muy popular en campos como arquitectura, música, escultura y, sobre todo, pintura. A Odoardo no le entusiasma para nada la idea, pero aún así emprende el viaje con una carta que justifica la llegada de Odoardo frente a Leonardo.

Cuando Odoardo llega a Milán y da con el lugar de residencia de Leonardo, éste último acepta -después de leer la carta- tener a su hermanastro como un discípulo más. Será una de las sirvientas de Leonardo quien ayude a adaptarse al quinceañero muchacho.
Pronto Odoardo descubre el cariño y, a la vez, las excentricidades de Leonardo. Al genio lo único que le gusta es, lo que hoy se denomina, restauración, es decir, la innovación culinaria a través de diferentes aspectos.

Leonardo finaliza el 1% de sus encargos; no le gusta pintar, no le gusta esculpir, pese a tener envidiables dotes. Lo único que le agrada es la restauración. En muchos aspectos, Odoardo verá los logros y fracasos del de Vinci; será testigo de lujo.
En una ocasión Leonardo desea remodelar las cocinas del palacio de Ludovico con motivo de las nupcias de su sobrino. Ludovico acepta pero, a cambio, Leonardo tendrá que acabar proyectos que el monarca le encargó desde hace ocho años. El de Vinci acepta a regañadientes.

Al fin, la cocina nueva es un caos, para resumirlo en una palabra, lo que se provocó allí fue un auténtico maremágnum. Ludovico perdonó a Leonardo esto, pero imponiéndole acabar el retrato de su prima.

Odoardo y él se retiran al campo donde Leonardo pintará uno de sus cuadros más famosos, lo que hoy conocemos como ‘La Dama del armiño’. Mientras tanto, Odoardo progresa bastante.

A la vez, el hijo de Ludovico hereda el trono y se casa con una joven de dieciséis años. Odoardo se enamorará de ella y comenzará así su propia odisea. El día de las nupcias, es más, el día del banquete nupcial, Beatriz (la chica) se retira, debido a noticias que le llegan, a un lugar apartado de palacio. Allí estaba Odoardo, y, es aquí, donde comenzará su amor imposible. Entre los dos jóvenes comenzará a haber algo parecido al amor cuando Odoardo se presenta a un campeonato y solo es derrotado por el esposo de Beatrice, hijo de Ludovico.

Desde entonces ambos se verán en contadas ocasiones y, finalmente, Odoardo deberá huir de Milán debido a los espías del primogénito de Ludovico. Estos le han dicho la relación entre ambos infantes y se disponen a matarlo.
El libro concluye con la amarga despedida de Odoardo hacia Leonardo -quien fue más que un hermanastro- y su también amarga despedida hacia Beatrice, su único y verdadero amor.

A modo de comentario personal quiero dejar constancia de la magnífica capacidad de mostrar información que tiene el autor. Narra rozando la perfección la Italia del Quatroccento, en la que Leonardo es la pieza vital del puzzle; a la vez que narra en primera persona la historia de un amor imposible. Es un libro que recomiendo leer.

 

  • Miguel Fernández Pacheco (Jaén, 1944) escribe, dibuja y diseña libros para niños y jóvenes desde finales de los años 60. Es profesor de Ilustración y Diseño en la facultad de Bellas Artes de Salamanca y, como escritor, ha recibido los premios Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2001 por el cuento Verdadera historia del perro Salomón (incluido en el libro Siete historias para la Infanta Margarita), Apel.les Mestres 1993 por La familia de Mic y Lazarillo de Creación Literaria por Los zapatos de Murano (Siruela, 1997). También ha publicado El monstruo del dr. Magnusson o Malas mujeres.

 

Trabajo original