Fue hace ya un par de meses cuando varios miembros de una asociación que se llama SIPAL -Servicio de Información y Protección Ambiental-, ya desaparecida por desgracia, vinieron al Instituto para dar varias charlas a los de 3º y 4º de la ESO sobre las medidas que debemos seguir para cuidar mejor el medio ambiente.
Durante unos días estuvieron repartiendo folletos informativos sobre la importancia de lo que llamaron ‘las tres erres’ (reciclar, reutilizar y reducir), para cuidar y conservar mejor nuestro entorno y para consumir de forma responsable, ya que los recursos naturales no son inagotables.
En estos folletos también se facilitaba información sobre los puntos de Colindres a donde podíamos acudir para colaborar en la conservación del medio ambiente, como los contenedores para depositar vidrio, que los ha puesto Ecovidrio, los contenedores de recogida de basura diaria de Focsa, el punto portuario para aceite mineral, papel y vidrio, el Punto Limpio de Liendo (el más cercano a Colindres), la recogida de medicamentos en las farmacias o los depósitos de pilas en comercios de fotografía y otros varios.
Los folletos y la campaña informativa de SIPAL se hacía en colaboración entre el Ayuntamiento de Colindres y la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria.
Pero no fue sólo esto lo que más nos atrajo de la campaña. Aunque no estaba dirigida a nosotros, los de Segundo, una casualidad hizo que entráramos a clase de Procesos de Comunicación cuando estaban allí todavía los de SIPAL, recogiendo el material quen habían utilizado en el taller de reciclaje de cartón la hora anterior.
Conchi, de SIPAL, con su gran paciencia, volvió a sacar todo el material y nos enseñó cómo se podían hacer preciosas carpetas con cartón duro. Como ella nos decía, y el resto de sus compañeros de los que no nos acordamos del nombre (lo sentimos) se coge una plancha de cartón duro procedente de contenedores de reciclado de papel. Se corta a la medida de la carpeta que queramos, normalmente, algo mayor que un folio.
Luego, se pintan los cartones recortados del color que queramos y más nos guste, con pinturas naturales al agua, nada de química. Los bordes de los cartones se cubren con cinta de carrocero, al igual que las esquinas, para reforzarlo todo.
Una vez hecho esto, se da una mano de cera natural, de algún color que vaya con la pintura al agua. No se trata de volver a pintar, sino de dar un tono como para envejecerlo. Luego, podemos poner flores secas haciendo formas y se cubre todo con una mano de látex líquido, que venden en las tiendas de pintura.
Se nos olvidaba. Antes de dar la mano de látex, habíamos unido las dos tapas con una cinta de carrocero de mayor grosor que la que usamos para reforzar los bordes, de forma que nos quedó como una de esas carpetas tan chulas que venden en las tiendas.
Y también hicimos unos agujeros al otro lado de los bordes, centrados, por donde al final pasamos un hilo grueso de lino para poder atar las dos partes de la carpeta. Bueno, que luego se le da la mano de látex. Al principio queda como blanquecino pero, cuando se seca, se pone duro y transparente, y las flores que habíamos puesto antes quedan muy bonitas pegadas a las tapas.
En fin, que ya está hecha la carpeta. Queda preciosa, de verdad.
Podéis practicar y así, al mismo tiempo que colaboramos con el cuidado el medio natural al usar materiales reutilizables, nos hacemos nuestras propias carpetas y ahorramos unos eurillos.
Por cierto, Conchi nos habló también de la diferencia entre reciclable y reutilizable y de los pasos a seguir para participar en el cuidado ambiental:.
- Primero, evitar el uso indiscriminado de material.
- Luego, reducir los desechos; los desechos que produzcamos, los podemos reutilizar, como los trapos de ropa vieja que usaremos para limpiarnos la pintura al hacer las carpetas.
- Y lo que no se pueda reutilizar, se recicla.
Así ayudamos todos.