¿El dinero da la felicidad? Hoy en día nos enfrentamos a una sociedad consumista y materialista, pero no deberíamos antes preguntarnos, ¿qué es eso que tanto buscamos?, ¿qué es la felicidad?.
Lo más posible es que estas preguntas nunca encuentren respuesta, pues cada persona tiene sus principios e ideales.
Para muchas personas no hay nada más importante que el dinero. Para ellos se abre un mundo de posibilidades a sus pies; es aquello que les puede permitir el tener un bonito coche, una gran mansión, cumplir esos caprichos que quizás no están al alcance de todos y ¿por qué no?, también les permite comprar a esas personas, que desde mi punto de vista no se valoran ya que se venden con el único fin de ver cumplidos sus objetivos.
Pero estas personas ¿en verdad son felices?, yo creo que no. Es cierto que la felicidad absoluta no existe, pues siempre puede surgir algún acontecimiento que haga que en un determinado momento se desvanezca todo, pero son esas cosas las que hacen que valoremos lo que tenemos y que una vez reflexionemos, sintamos la verdadera felicidad, al sentirnos orgullosos por todo aquello que hemos logrado. Tampoco creo en ese tópico que dice que para ser feliz lo más importante es tener salud, pues para mí es más importante ver a mi familia bien que estarlo yo misma.
Pero la felicidad es algo más que todo esto, es ver a los seres que aprecias satisfechos, ayudar a aquel que lo necesita desinteresadamente y saber que has hecho algo bueno, sentir que tienes el apoyo de tus familiares, saber que hay quién se preocupa por tí y te quiere, saber apreciar esos pequeños detalles que muy pocos afortunados son capaces de comprender, la felicidad se encuentra en levantarte por la mañana y pensar en la suerte que tienes por tener una familia, por tener alimentos, por poder dormir bajo un techo y por poder acostarte sin temor a que por la mañana lo puedas perder todo por el egoísmo y el orgullo de algún gobernante que sin motivo alguno decide meter a todo un país en un conflicto bélico.
Si cualquiera de nosotros comparamos nuestras vidas con la de esos inocentes deberíamos ser capaces de ver nuestra suerte, tan sólo ese detalle debería bastarnos para ser felices.
No debemos reducir algo tan importante como la felicidad a la posesión de una gran cantidad de bienes materiales o caprichos que una vez veamos cumplidos, con toda certeza van a perder nuestro interés, y sin embargo deberíamos mirar más allá, deberíamos pensar en las personas que, al fin y al cabo, son lo más importante.
En verdad yo creo que es más importante obtener el respeto y el cariño de quien nos rodea, a tener un bonito coche. Un coche te puede durar unos años, sin embargo un amigo es para toda la vida y las alegrías que te puede dar una persona, no se pueden comprar ni comparar con ninguna otra cosa.