La retirada de las tropas españolas en Irak se debate entre el escaso apoyo internacional a esta medida, junto a la improbable intervención de Naciones Unidas y el cumplimiento de una promesa electoral.
Cuando aun las encuestas mostraban que el PP iba a ganar las elecciones del 14 de marzo, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, posicionándose a favor de la inmensa mayoría de la población española, reiteró su descontento con el conflicto bélico y estableció como una de sus principales promesas electorales retirar a las tropas españolas acantonadas en Diwaniya y Faluya.
Antes de que sucedieran los trágicos acontecimientos que todos conocemos era muy poco probable que el partido que entonces constituía la oposición llegara a ganar los recientes comicios electorales, de ahí que el señor Zapatero prometiera que si llegaba a la Moncloa iba a llevar a cabo una serie de medidas, consideradas por algunas personas como populistas, que posicionaran a la sociedad española a su favor. Una de ellas es la retirada de nuestras tropas de Irak, medida que hace pocas semanas casi toda la población apoyábamos, pero día a día a muchos de nosotros y a mi personalmente me parece menos acertada.
Despreciando los pocos sustentados motivos que nos hicieron inmiscuir nos en la guerra, lo cierto es que actualmente los militares españoles desarrollan en Irak una importante labor humanitaria y de vigilancia en los sectores que ocupan.
Según recientes estudios realizados por fuentes occidentales, más de la mitad de la población irakí afirma que vive mejor actualmente que cuando gobernaba Sadam Hussein. En cambio un cuarto de la población afirma que su calidad de vida ha disminuido recientemente y el resto no aprecia un cambio significativo entre su calidad de vida en los dos periodos. Esta ya podría constituir una de las razones que sustentan mi opinión.
Otros de los hechos mas significativos es que aquellas naciones europeas que hace un año defendían la ilegalidad de la guerra, que aún es tema de debate, ahora se pelean por los contratos de reconstrucción el país, y tratan de minimizar el impacto que supuso en cuanto a sus relaciones con EE.UU su oposición inicial al conflicto manteniendo posturas ambiguas que no dejan claro su posición respecto a este tema. Tanto es así, que tanto el presidente de Alemania como el de Francia calificaron de meramente interesantes las medidas que nuestro actual presidente quiere llevar a cabo, cuando éste se las comunicó en una reunión que mantuvieron tras su elección. En cambio otros países que inicialmente apoyaron la guerra instan a Zapatero a reconsiderar su postura. Aquí queda patente que aquellos que vaticinaban un aislamiento de España en Europa por su apoyo al conflicto bélico no estaban del todo en lo cierto, ya que hay más naciones que instan a nuestro país a mantener su apoyo a la coalición que al contrario.
En mi opinión la guerra fue una equivocación, pero la retirada de las tropas sería un error aun mayor, dejaría el camino libre para los grupos terroristas que campan por Irak y que están causando tantos disturbios. El país sufre una gran inseguridad que se debe frenar, para que Irak resurja como un país estable y abierto. La guerra no debió existir, pero las tropas de la coalición no se deben marchar y deben cumplir con su obligación, para el bien de Irak.