Cómo ir a la ópera y no morir en el intento es la crónica de una visita a los preparativos y posterior asistencia a la representación de ‘Rigoletto’ en el Palacio de Festivales de Cantabria.
Para muchos de nosotros se trataba de un experiencia completamente nueva y probablemente irrepetible; no a todos les pareció tan tentativo el ofrecimiento que se nos estaba presentando, pero hubo quienes (entre los que me incluyo) supimos valorarlo a nuestro modo. Se trataba de algo más cercano y distinto que explorar, observar el entramado de una ópera no sólo puesta en escena sino habiendo contemplado con anterioridad todos los vestuarios, el montaje… todo ese trabajo que existe detrás y que habitualmente se desconoce.
PRIMERA VISITA
Nuestra primera visita la realizamos el 11 de diciembre del pasado año, resultó ser la primera toma de contacto y una visita prácticamente única, ya que no cualquiera tiene la suerte de contemplar toda esa parte del esfuerzo que un espectáculo de estas dimensiones guarda detrás. Para añadirle aún más importancia era aquí, en nuestra tierra, donde se estrenaba por primera vez una versión con un gran toque moderno de una ópera tan clásica como es Rigoletto. Todo ello hacía que cada vestido, traje o decorado fueran aún más especiales y mucho más si éramos nosotros mismos quienes los descubríamos cara a cara.
De pronto nos vimos sumergidos en las fases de duro trabajo que se necesitan para llevar este tipo de proyecto a cabo. Estamos acostumbrados a observar los montajes cuando todas sus partes han sido perfectamente condensadas y nosotros teníamos por primera vez la oportunidad de observar también cada pequeña pieza de un enorme y bellísimo puzzle; aún recuerdo un silencio profundo entre pasillos con el fin de no molestar a los cantantes más magistrales que ensayaban sus voces mientras nosotros rondábamos por los alrededores, o el sonido de una orquesta cada vez puesta más a punto que no paraba de afinar, o el simple hecho de observar un vestido espectacular que acabará pisando todos los escenarios del mundo…
ENSAYO GENERAL
Por fin llegó el día de contemplar todo el puzzle ya encajado, estaba claro que aún existían pequeños detalles por perfeccionar, ya que no se trataba del día del estreno sino del ensayo general, pero para la mayoría de nosotros aquel 16 de diciembre iba a saciar nuestra impaciente curiosidad, aún más creciente para aquellos que jamás habíamos contemplado algo igual. Fue un espectáculo formidable. La mayoría de nosotros no paramos de comentar a la salida opiniones y de compartir detalles que habíamos observado el jueves anterior y que captamos una vez puestos en escena. Todo ello dio fin a una experiencia que nos enriqueció en gran manera, especialmente por el modo con el que fuimos acercados a ella.