Amado es uno de los pocos abarqueros (o albarqueros) que quedan en activo en Cantabria. Su trabajo es totalmente artesanal. Se trata de un oficio que desde tiempos remotos se viene practicando y que tiende a desaparecer. Me he reunido con él en Carmona y se ha prestado a responderme a unas cuantas preguntas para nuestra revista. Desde luego no es la primera vez que Amado concede una entrevista, y siempre lo hace mostrándose tal cual es; con su espontaneidad y con su habla carmoniega, que nosotros hemos querido respetar para conservar la mayor fidelidad a sus palabras.
Seguramente sabréis que el ‘habla carmoniega’ pervive en algunas zonas del occidente de la región, como resultante de una antigua modalidad lingüística proveniente del latín y que hablaban una gran parte de los pobladores del reino asturleonés en la Edad Media.
Básicamente las características que aún perviven en el habla carmoniega se refieren a la morfología de las palabras. Por ejemplo:
- sustantivos y adjetivos masculinos terminados en «-u»;
- apócopes y elisiones como en «tol»
- aspiración de la antigua «f» inicial latina como en «jacía» < lat. «facebat».
- fluctuaciones en el timbre de la vocal átona: «repitir»
En cuanto al léxico perviven aún algunos términos que se utilizan también en el actual bable o asturiano: «cuchu» (estiércol) < lat. «cultu».
Tras esta breve introducción podéis leer la entrevista
Pregunta.- Bueno, señor Amado; le voy a hacer unas preguntas, ¿le parece bien?
Respuesta.- Hombre ya estoy acostumbrau, no hay día que no tenga que repitir lo mismu.
P.- ¿Desde cuándo lleva usted haciendo esto?
R.- Pues desde los 8 años.
P.- ¿Quién le enseñó?
R.- Pos aquí tol mundu las hacía, y yo cuando la herramienta estaba libre y enredaba con algo, y cuando se quisieron dar cuenta yo me jacía mis abarcas.
P.- ¿De qué material se suelen hacer?
R.-Pos lo más común es el abedul; también de alisa o salce.
P.- ¿Cuáles son los pasos para hacer las abarcas y qué tipo de herramientas utiliza?
R.-Lo primeru es coger la motosierra y quitale lo más gordu al taju; después se coje la jacha y se le da la forma y la posición del pie; lueo se coge la zuela y se ja la primera parte de la casa de la abarca pa que después se cojan la legra y el barrenu y se acabe la casa. Se lija, se pinta, y por últimu se jacen los dibujos con el cuchillu, la gubia y el compás.
P.- ¿Cuánto tiempo tarda en hacer un par?
R.-Pos antes cuando era más joven, en un día lu ventilaba pero ahora cumo los días no pasan en balde tardo un día y mediu.
P.- Nos han dicho que algunas personalidades importantes de la política calzan (o al menos, guardan) abarcas hechas por usted; ¿es eso cierto?
R.- Güenu, pos toos estos políticos que entran a presidentes en Cantabria les regalan unas abarcas, y a mí me toca jacelas. A Aznar, a Revilla, al Príncipe,… Seguru que me tocará jacerlas a Letizia… Los Reyes tamién tienen unas.
P.- ¿Cree que alguien seguirá en este oficio en el futuro?
R.- Pos no lo sé… Porque ahora a los chavales no les gusta, y además estu da mucho trabaju y mucha paciencia. Jacer los dibujos es una cosa que hay que hacer despaciu. Ahora creo que van a jacer una escuela-taller para que aprendan a jacer albarcas y para que no se pierda el oficiu.
P.- ¿Cree que las albarcas seguirán calzándose en el futuro?
R.- No lo sé, porque primero se utilizaban para ir por el monte cuando no había dineru pa botas, y ahora que tol pueblu está empedráu y asfaltáu ya no se utilizan; se quedan como algo tradicional y solu se ponen en las ferias o en las fiestas de Cantabria.