En 1280 fue fundado un monasterio en el espacio en el que hoy se encuentra el instituto Santa Clara. Este es el dato más antiguo que tenemos sobre el centro. El edificio fue ocupado por las monjas franciscanas en 1323. Su evolución desde el siglo XIV hasta 1838 (año en el que el edificio se destino a la educación) nos es del todo desconocida.

HISTORIA EN EL TERRENO EDUCACIONAL

El día 15 de mayo de 1838, en la Diputación Provincial de Santander se acordó establecer en la ciudad el Instituto Cántabro de Enseñanza Media; además, se formó una junta directiva y administrativa y un año más tarde el acuerdo llevo a su creación. Con este fin se eligió y habitó el viejo convento de Santa Clara y la parcela que lo circundaba. Este edificio fue donado a las monjas por la viuda del capitán de la cruzada Gonzalo García.
En 1838 el convento sufre numerosas reformas, comenzando, ese mismo año, el primer curso impartido en este lugar. Para este curso (1838-39) se trasladó el profesorado de las Escuelas Pías de Villacarriedo hasta el nuevo centro. Este tuvo un desarrollo provisional ya que la creación del Instituto como tal fue fechada el 20 de junio de 1839 utilizándose, por esto, antiguas celdas de vicarios como aulas.
Cuando ya estuvo organizado todo, las clases se impartieron en los tres pisos dejándose la planta baja únicamente para la realización de gimnasia.
El edificio se convirtió en el establecimiento más importante, culturalmente hablando, de la ciudad. Sirvió como: museo, local de conferencias, hospital militar o Escuela Normal de maestros.

A principios de siglo el edificio fue declarado en ruinas debido al derrumbamiento del aula de latín. Por este motivo los alumnos fueron dispersados por toda la ciudad, de un modo provisional.

En el mismo lugar en el que estaba este edificio se elevó el nuevo, terminándose en diciembre de 1915. Se aprovecharon las vacaciones navideñas de aquel año para el traslado de los alumnos desde las «aulas» provisionales hasta el nuevo centro.
El nuevo edificio cumplía los deseos de los santanderinos: un centro de enseñanza moderna y un Instituto General y Técnico como podía leerse en el letrero de la fachada principal.

Para darle nombre a este nuevo edificio tuvieron lugar numerosas discusiones acabando por denominarle «Instituto General y Técnico» siendo nombrado posteriormente como «José María de Pereda».

El Instituto contaba con una gran escalinata que conducía a cada una de las plantas donde se distribuían las diferentes aulas de los cursos.

Lo más llamativo es el Paraninfo, sala destinada a actos con capacidad de cientos de personas.

En el centro comenzaron a realizarse diversas actividades de apoyo a las clases: fiestas literarias, conferencias… En sus salones tuvo lugar la primera exposición provincial de Trabajo Femenino. En el verano de 1929 se realizó allí un curso realizado por la universidad de Liverpool.
También se establecieron allí la Biblioteca Provincial , el Observatorio Meteorológico (1926) y el Museo de Prehistoria, inaugurado por Su Majestad el Rey Alfonso XIII, y estuvo situado en el edificio hasta el año 1941.

INSTITUTO COMO ALOJAMIENTO

Durante el incendio de Santander (1941), prácticamente la parte antigua de la ciudad quedó destruida. Afortunadamente, el edificio que hoy conocemos como Instituto Santa Clara se salvó debido a que estaba hecho de piedra.

Nieves, una amable vecina de la zona, con la que hemos hablado para hacer este reportaje, y cuya vivienda estaba situada al lado del instituto Santa Clara, recuerda cómo las personas que vivían en las casa de alrededor, y que habían sido derruidas por el fuego, fueron acogidas en el Instituto. Durante ese tiempo las clases fueron interrumpidas.

ALUMNOS ILUSTRES

Por las aulas de este instituto han pasado alumnos que con el tiempo han llegado a ser personas muy importantes en el mundo de la cultura. Citaremos a algunos de los más destacados.

AMÓS DE ESCALANTE
Famoso escritor, nació en Santander el 31 de Marzo de 1831 y falleció en esta misma ciudad el 6 de de Enero de 1902.
Asistió como alumno a las clases del Instituto Cantábrico y obtuvo, el 19 de Junio de 1846, el grado de Bachiller en Filosofía.

MARCELINO SANZ DE SAUTUOLA
Protagonista del descubrimiento de la cueva de Altamira, nació en Santander el 2 de Junio de 1831 y falleció en 1888.
Cursó la enseñanza media en el Instituto de Santander, en el que se gradúa el 1 de Julio de 1848, aprobando el primer ejercicio por unanimidad y el segundo por mayoría.

MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
Nació en Santander el 3 de Noviembre de 1856 y estudió la Segunda Enseñanza en el Instituto de Santander.

JOSÉ MARÍA DE PEREDA
Nació en Polanco el 6 de Febrero de 1833 y falleció en Santander el 1 de Marzo de 1906. En el curso 1844/45 se examinó en el Instituto Provincial de Santander, en el que permaneció hasta 1847/48. Termina el segundo y tercer curso (1846/47) de Filosofía obteniendo la nota de Regular. Al año siguiente figura con Suspenso el cuarto año de Filosofía.

MANUEL LLANO MERINO
Famoso escritor de Cantabria, nació en 1898 (este año se celebra el centenario de su nacimiento) y falleció en 1938.
En 1910 aprueba el ingreso de Bachillerato en el Instituto General y Técnico. En el curso 1914/15 se examina de la asignatura de Geografía General y de Europa con nota de Sobresaliente y Matrícula de Honor.

UN HECHO CURIOSO

Posiblemente el acontecimiento más curioso, que se sale del marco académico, fue el que ocurrió en 1857. Llegó a Santander el célebre aeronauta M. Poitevin con objeto de hacer una extraordinaria exhibición pública.
El acontecimiento tuvo lugar el 28 de junio de ese año y fue elegido como lugar el patio Norte del instituto, donde se realizó la ascensión de M. Poitevin en globo, «Águila Audaz». Todo se realizó con normalidad y miles de personas fueron a visitarlo.

*Para realizar este reportaje sobre el instituto Santa Clara hemos contado con la colaboración de Nieves, vecina de Santander, y Francisco G. Mantecón, profesor de este instituto en la actualidad, que nos facilitado datos acerca de la historia del instituto. También hemos consultado el libro «Instituto de Santander».

Trabajo original