El caso de Amina Lawal, la más conocida de las numerosas condenadas a muerte en Nigeria, continúa zozobrando entre la tempestad generada por las próximas elecciones generales del país y la matanza masiva por la celebración del certamen de Miss Mundo en Abuja.

Un tribunal de Sharia en Bakori sentenció a Amina Lawal a muerte por lapidación después de que ella confesara haber tenido una hija tras haberse divorciado de su marido. El supuesto padre negó haber mantenido relaciones sexuales con ella, y los cargos contra él fueron retirados.

Amina Lawal, de 35 años, no tuvo acceso a un abogado durante su primer juicio, en el que se produjo la sentencia. Ahora, ha presentado una apelación a la sentencia con la ayuda de un abogado contratado por un grupo de defensa de los derechos de las mujeres de Nigeria.

Entre tanto, la organización de Miss Mundo comienza a organizar la celebración del certamen en Abuja. Varias candidatas anuncian que no acudirán al concurso como protesta por la condena de Amina. Sin embargo, la propia Amina les pedía que no boicotearan el acto y agradeció «sinceramente» su preocupación y su apoyo.

La presencia de las concursantes provocó graves incidentes en el norte de Nigeria entre cristianos y musulmanes, que se saldaron con más de 200 muertos y 500 heridos. Los líderes religiosos islámicos habían denunciado que el certamen era una «incitación a la promiscuidad», «inmoral» y «antiislámico».

Para evitar más enfrentamientos, la organización trasladó el concurso a Londres, donde acudieron algunas de las misses que pretendían boicotear el acto en Nigeria.

Miss Mundo tendrá una reina, pero Amina y otras mujeres deberán esperar las decisiones de la justicia islámica.

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