Si sí porque sí, si no porque no. Eso es, en general, y a grandes rasgos, lo que nos pasa. Y no lo entiendo, la verdad. ¡Pero es que no es fácil!. Vale, nadie dijo que lo fuera a ser, pero aún así..¡Ay, quien tuviera unas instrucciones…! Estoy segura de que si alguien logra dar con las respuestas y las escribe, ¡tendría más éxito que la Coca-Cola!
Porque la adolescencia es muy bonita y todo eso, sí sí, eso lo dicen los que hace tanto tiempo que la pasaron que ni se acuerdan de lo que sentían, aunque quizá tengan razón. Seguro que cuando lleguemos a viejos y tengamos problemas de los serios (que impliquen nuestro bienestar físico, por ejemplo) y no simples berrinches (como les llama la gente), nos sonreiremos al pensar y recordar Aquellos maravillosos años.
Sí sí, si yo soy la primera que lo admite pero….¿de mientras? Porque la espera duele, ya lo creo si lo hace. Hay momentos (muchos, que no me quiero poner exageradamente dramática) en los que somos felices (o casi), pero de esos te das cuenta luego, cuando ya han pasado y los añoras. Yo sinceramente pienso que los malos momentos existen sólo para saber valorar los buenos. Y los buenos son mucho más abundantes pese a todo lo que nos pueda parecer.
Si es que es duro, y se hace muy cuesta arriba. Broncas en casa por la libertad, en clase por la falta de estudio, y con los amigos por las diferencias. Porque llegamos a un determinado punto en el que, quizás, nos damos cuenta de que las personas que tenemos mas próximas no son exactamente afines a nosotros, de que los puntos en común no son ni la mitad y de que, en realidad, nos gustaría estar haciendo otra cosa y con otra gente.
Pero eso no es todo, queda el tema por excelencia, sí, aquel que nos trae a los jóvenes de cabeza, y no, ¡no hablo del sexo! La palabra es amor. Porque de una u otra manera todos nuestros problemas desembocan ahí. Si estamos con alguien, muy bien, todo el resto de problemas no aparecen menos; pero sin embargo si estamos solos, cualquier tontería se nos hace un mundo. Y mira que los amigos son los más importante en esta época; bien, pues a pesar de todo, seguimos pensando en ese alguien especial, alguien con quien probar nuevas experiencias, alguien con quien compartir otro tipo de secretos.
Y no nos vale un amigo sin más, por mucho que sea el mejor
Y hay que admitir que no nos afecta mas de lo que debiera, porque el amor es la peor de las drogas, te puede estar matando y ahí seguimos, contra viento y marea, sin podernos resistir. Cuando se está enamorado no se suele ser lógico, no de primeras. Porque, como dijo Ortega y Gasset, el amor es un estado de imbecilidad pasajera.
Y es que a esta edad saber lo que se quiere y tener las cosas claras no son características frecuentes. Porque estamos hechos un lío, porque un día pensamos blanco y al otro negro, y tardamos en decantarnos por nuevas tonalidades. Que la vida es de colores, según el momento, de unos u otros, pero colorida al fin y al cabo. ¡Y es que en la variación está la esencia!