Una de las cosas más importantes en la vida, que deberíamos evitar, es la soledad. Esa sensación que sufrimos tras la falta de un ser querido. Esos momentos de ansiedad que surgen en nuestro interior. Pero, ¿cómo cortar esta situación?
El tiempo consigue la victoria en esa lucha tan angustiosa. No conseguiremos jamás disimular totalmente la soledad infinita, el vacío.
Nos preocupa el dolor, sufrir, siempre queremos conocer el camino hacia la salvación, sin tropezar en piedras de angustia. Desafortunadamente la vida nos da muchas lecciones, de las que aprendemos aunque nuestro subconsciente no lo desee.
Del dolor y también de las alegrías, damos forma a nuestra personalidad. Fuerza y sensibilidad se muestran como consecuencia de estas emociones que las diversas experiencias de la vida nos regala. Por todo ello, personalmente me digo: «apoyemos la fuerza y forjemos nuestra sensibilidad hacia un camino más prodigioso, donde el dolor aguante sin más motivo que contradecir al tiempo». Contradecir al tiempo para que éste no sea un constante punto final. El punto y aparte debe ser usado.
Pero tampoco hay que olvidar el párrafo anterior, la vida anterior. En cada instante escribimos un punto y aparte en nuestra historia. Olvidar el contexto es imposible, difuminar nuestros pensamientos y recordarlos vagamente, es lo más común.