A continuación me dispongo a contaros una serie de rutas que este verano mi amigo Dani y yo hicimos pedaleando en bici por toda nuestra región.

Si no recuerdo mal, comenzamos el verano sin forzar mucho, en cuanto a kilómetros se refiere, pues una mañana del mes de julio cogimos las bicis y nos fuimos a subir Peña Cabarga; los cuatro primeros kilómetros transcurrieron sin excesiva dificultad, pues lo más chungo vino al final.

Otro día, después de haber cogido algo más de forma, nos dispusimos a subir hasta el mirador de Alisas. Salimos desde Santander y pasamos por Camargo, Boo de Guarnizo, Astillero, San Salvador, Heras, Solares y La Cavada, municipio donde empieza el puerto, doce kilómetros de subida; al llegar arriba se puede divisar Arredondo, pueblo al que la gente conoce como la capital del mundo. Después de haber contemplado el paisaje, nos volvimos hasta la capi, en total unos 80 kilómetros. 

Otra ruta de más kilómetros fue Reinosa-Santander. Salimos por la mañana y cogimos el tren hasta Reinosa; allí nos pusimos a pedalear, el terreno no era excesivamente duro pero sí cansino; además, por la parte del Balneario de Corconte estaban en obras de alquitranado de la calzada. Después de haber pasado Corconte, subimos El Escudo por la parte de Burgos y de allí hasta Santander; en total unos 115 kilómetros.

Pero ahí no quedó la cosa: acabando el verano hicimos el más difícil todavía, una etapa en la que había que pasar cuatro puertos. Cogimos el tren hasta La Cavada y empezamos a subir Alisas, continuamos pasando por Arredondo y comenzamos a subir el puerto del Collado del Asón, 682 metros, después el portillo de La Sía, de 1200 metros. Estábamos ya dando un rodeo por territorio cántabro-burgalés y el frío se hacía notar, más que nada por la altitud. Nos quedaba el último puerto del día y el más duro, el Puerto de Lunada, de 1350 metros. Después de haber pasado este puerto comenzamos a ir a nuestro lugar de partida, los pueblos que atravesamos a continuación de haber pasado Lunada fueron San Roque de Río Miera, Rubalcaba, Liérganes y, por fin, La Cavada, donde cogimos el tren de vuelta. 

Se me pasaba ya comentar que no nos olvidamos de la parte oriental de Cantabria, pues otro día fuimos hasta Santoña y regresamos, unos 100 kilómetros.

El verano pasado ya se terminó y parece ser que lo realizado en el anterior será un mínimo entrenamiento pues las expectativas para éste son aún más duras: intentaremos hacer el Camino de Santiago; saldremos desde Roncesvalles, en el paso de la frontera con Francia, hasta Santiago de Compostela.

Yo animo a todos los que les gusta ir en bici que intenten por lo menos hacer alguna de las rutas descritas. Si aún así os parece muy difícil de hacer esas rutas, os recomiendo que intentéis subir El Churi, un minipuerto que se encuentra en Escobedo; si subís el puerto por este pueblo vais a dar a la parte alta de Revilla de Camargo, os saldrán unos cuarenta kilómetros.

 

Nota triste de la redacción: En el momento de pasar al ordenador este magnífico artículo de Fran, la radio me golpea con la noticia de que dos ciclistas (profesionales en este caso, los hermanos Otxoa, pero podrían haber sido dos aficionados como nuestros amigos Dani y Fran) han sido arrollados por un turismo mientras entrenaban por una carretera andaluza. Si váis en bici, conviene extremar las medidas de seguridad; si lo hacéis en coche, no estaría mal que recordáseis a quien conduce que la carretera es de todos y todos tenemos derecho a disfrutar

 

Trabajo original