El número Pi es una constante que relaciona el perímetro de una circunferencia con la amplitud de su diámetro. Desde la antigüedad, el valor de dicho número (que contiene infinitas cifras decimales), ha suscitado un gran interés entre las distintas civilizaciones, lo que ha llevado a los científicos a realizar una carrera por descubrirlas. El nuevo récord establecido es de Mil millones.

El récord precedente poseía tres años. El número de decimales conocidos de pi acaba de ser multiplicado por 5.
El nuevo récord de decimales de pi conocidos, lo componen exactamente 1.241.100.000.000 rompiendo así un umbral simbólico. Todo ello gracias al trabajo de Yasumasa Kanada y su equipo de la Universidad de Tokio. La historia de este cálculo refleja las preocupaciones y los métodos matemáticos de diferentes épocas.

El número Pi es la constante que relaciona el perímetro de una circunferencia con la amplitud de su diámetro PI = L/D.
Este no es un número exacto sino que posee infinitas cifras decimales. Ya en la antigüedad, se insinuó que todos los círculos conservaban una estrecha dependencia entre el contorno y su radio. Todo comienza en la Biblia, que da el valor p= 3, en Babilonia 3 1/8; siendo los egipcios los que continuaron con aproximaciones más exactas gracias, sobremanera, a las construcciones geométricas, dando el valor de p = 3,16, superados más tarde por los chinos que le otorgaron el valor de 3,1724.

Posteriormente el griego Arquímedes, amplía todos estos resultados obteniendo así el primer valor preciso de dicho número, resultante del cociente: 22/7 (=3,1428…) Para ello prueba que el área de un círculo es la mitad del producto de su radio por la circunferencia lo que permitió a la vez calcular todos los decimales de pi como se deseara. De estos se sirvieron personajes como Van Ceulen (hacia 1600) para continuar con aproximaciones más precisas.

A partir de aquí fueron numerosos los investigadores que impulsaron y prosiguieron el descubrimiento de las nuevas cifras decimales de éste numero. Cabe destacar sobremanera los trabajos de Georges Louis Leclerc, naturalista francés, el cuál ideó un ingenioso método llamado «La aguja de Buffon» que relaciona el número pi con el lanzamiento de una aguja sobre una superficie rayada.

Sin embargo, desde a aparición de los ordenadores, el número de decimales conocido (unos pocos centenares hasta mediados del siglo xx) ha explotado.

¿Utilidades? Realmente no existe ninguna aplicación práctica de estos descubrimientos de nuevas cifras, sino que más bien todo responde a una simple llamada: la curiosidad.

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