Potes ha sido el lugar elegido por Gonzalo Moure para compartir sus experiencias y viajes. El autor de literatura infantil y juvenil visitó el IES Jesús de Monasterio y a su charla acudió una alumna del CP Concepción Arenal.
Nombre: Gonzalo Moure Trenor
Fecha y lugar de nacimiento: Valencia, 1951
Ocupación: Escritor de literatura infantil y juvenil
Estudios: Ciencias Políticas
Obras: Geranium, A la mierda la bicicleta, Lili Libertad, El alimento de los Dioses, El bostezo de Puma, Maíto Panduro, El síndrome de Mozart.
Premios: Premio Jaén (en dos ocasiones), Premio Barco de Vapor, International Board for the Books of the Youth, Premio Ala Delta y Premio Gran Angular.
Gonzalo Moure Trenor nació en Valencia y vive en Asturias. Trabajó algunos años en la radio. Ahora se dedica solamente a la Literatura. Ha recibido varios premios por su obra entre los que se encuentran: Premio Barco de Vapor (1995) por su libro ‘Lili, Libertad’ y el Premio Jaén de Literatura Juvenil.
Es un hombre de pelo blanco y su barba es blanca como la nieve y larga. Da un aspecto bueno y debe ser muy majo. Es alto y bastante delgado.
Nos contó que él cuando va a escribir un libro nunca sabe el final. El nos dijo lo que había visto y conocido en el Sáhara: vio a una niña que era sorda y se hicieron inseparables; ella iba con Gonzalo a todas las reuniones de lectura y como era sorda no entendía nada, pero ella estaba quieta y sin hablar. Un gran día ella le llevó a donde su familia tenía camellos y había un camello recién nacido y hermoso y otro grande. Como el camello grande y el pequeño movían la boca ella pensó que los camellos hablaban con Gonzalo. Se comunicaban con señas y a Gonzalo le costó poco aprender el lenguaje con señas porque le gustaba.
Otra vez también fue al Sáhara y se quedaba en casa de una pareja, como en el viaje anterior, y cenaban muy tarde; cenaban sobre las doce de la noche. Una noche Gonzalo preguntó – ¿ por qué cenáis tan tarde? si el ya tenía hambre y ya le rugían las tripas. Ellos respondieron – lo hacemos porque si algún viajero viene antes de las doce le podremos dar nuestra cena y si cenamos antes no tendremos nada para darle, y sabemos que después de las doce ningún viajero pasara por aquí. Nada más cenar se acostaban en el suelo a dormir porque camas no había ninguna. En ese viaje conoció a un niño que tenía un turbante nuevo y de seda. Este niño estaba calvo y tenía costra por la cabeza y Gonzalo pensó ”este niño me pega la lepra”. Pero, se hicieron muy amigos y parecían Heidi y su abuelito (el niño era Heidi y Gonzalo el abuelito). El niño hizo una especie de mezcla y con el humo que salía, untó su turbante y se lo puso a Gonzalo en su cabeza. El niño le explicó que se le ponía porque era la tradición. Además, le enseñó a Gonzalo a poner en su cabeza el turbante que le había regalado.
La charla me gustó porque nos contaba cosas de sus viajes por todo el mundo.