Mensajes subliminales son aquellas frases, conjuntos de palabras o imágenes que penetran de manera directa a nuestro inconsciente sin que el consciente se de cuenta. El mensaje llega al oyente por debajo del umbral de su consciencia, lo que le deja impotente contra la agresión. 

Aunque Come palomitas difícilmente sea una idea peligrosa, cuando se introdujo entre los fotogramas de las películas proyectadas en los cines de Norteamérica, fue la primera ocasión en que los estadounidenses supieron a ciencia cierta que habían sido víctimas de una manipulación.

Es de esperar que los anuncios convencionales utilicen una serie de técnicas diseñadas para que los consumidores se deshagan de su dinero. Aunque técnicamente las imágenes y mensajes subliminales incluyen cualquier cosa que pueda producir una emoción, idea, o acción determinada, hay categorías de publicidad subliminal, unas más aceptables que otras.

Sin duda alguna, los vendedores utilizan una amplia gama de técnicas para asegurarse de que su producto sea la opción más atractiva. Rostros famosos, presentación seductora y artículos de regalo son algunos de los métodos de publicidad subliminal.

Después están los productos diseñados para afectar directamente a las partes inconscientes de nuestra mente. Por el módico precio de 12 euros con 97 céntimos cualquiera puede comprarse una cinta de audio o de video de cuarenta y cinco minutos con ruido de olas que surcan la playa, o el viento susurrando entre los pinos. Los vídeos añaden imágenes espléndidas de atardeceres en playas tropicales, o petirrojos en pleno vuelo. Y en cualquiera de ellas es posible que haya una voz subliminal que dice: «La relajación es un método positivo para enfrentarse al estrés».

Otros artículos caros ofrecen cursos completos para abordar una serie de proyectos de mejora personal, que van desde dejar el tabaco hasta aprender idiomas pasando por adquirir facilidad de palabra ante el público.

Incluso la molesta música ambiental de los supermercados y los centros comerciales, puede contener en sus letras mensajes subliminales: «No robes».

Cuando los mensajes son aceptables desde un punto de vista social como «No robes», es difícil verles el lado negativo. De hecho, las prisiones, los hospitales psiquiátricos o las clínicas se vienen estudiando desde hace tiempo como lugares en los esta técnica podría resultar altamente beneficiosa.

Sin embargo, del mismo modo que los resultados de las investigaciones llevadas a cabo por científicos presentaban diferencias, la respuesta individual a los mensajes subliminales también varía. Así pues, es posible que una persona sin ningún problema que tiene una cierta inseguridad a la hora de hablar en público, se beneficie del mensaje «Puedes hacer lo que te propongas». Por el contrario, un psicópata antisocial podría dar rienda suelta a sus peores instintos.

 

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