El vudú en su parte blanca, en la negra, las muñecas vudú, los houngas, conforman una de las prácticas mágicas más interesantes de la actualidad. Aunque muchas veces concibamos el Vudú como algo oscuro y maligno lo cierto es que detrás de estos tópicos se esconde una práctica mucho más compleja y bastante más inofensiva.

Simplemente el hecho de nombrar la palabra Vudú nos transporta a un mundo de horrores espeluznantes, de muñecas de cera con alfileres clavados, de muertos vivientes y de otros ritos y prácticas igualmente oscuros.
Sin embargo hay que saber diferenciar lo que es meramente una fantasía producto de los tópicos cinematográficos del verdadero significado de la palabra Vudú. En realidad, el vudú es una creencia religiosa, una mezcla de catolicismo y antiguas prácticas africanas, incluidos elementos fetichistas y distintos tipos de magia, como la blanca, la negra y la gris.
Tales creencias están bastante difundidas en el campo y entre las clases más pobres de la república de Haití y de las regiones del Caribe, aunque también encontramos algunas comunidades que comparten estas creencias en algunas regiones de EEUU, más concretamente en Nueva Orleans a donde llegaron en su día esclavos provenientes de Haiti.

La magia Vudú es sin duda una de las más antiguas y poderosas que existen. Como ya hemos dicho tiene su origen en el África Baja; en las tribus de los Zulúes, Bebes y Mandingas.
En 1571 el vudú llegó a América a través de los esclavos africanos y se estableció, principalmente, en Haiti. A dichos esclavos no se les permitía llevar a cabo sus prácticas religiosas libremente por considerarlas como ritos paganos, así que para poder seguir practicándolas los vudú de la parte blanca las disfrazaron de Cristianismo y así pudieron seguir haciendo ofrendas a sus Loa o seres superiores a los que se venera tanto en la parte blanca como en la parte negra del vudú.
La parte negra del vudú, por el contrario, quedó limitada a unos cuantos que se ocultaron por miedo a ser descubiertos.

Un símbolo representativo del vudú es la serpiente de los siete colores; la serpiente representa la parte negra y los siete colores son representativos de la parte blanca. La clave del vudú reside en la utilización de ambas fuerzas en el justo equilibrio. Sin embargo, en ocasiones ambas fuerzas se separan y es entonces cuando podemos hablar del vudú como una forma de venganza, de destrucción encaminada a infligir daño al espíritu de la persona que se representa mediante las famosas muñecas vudú.
En sus manifestaciones más agresivas, los houngan, o sacerdotes, sacrifican animales y elaboran las famosas muñecas de cera, trapo, arcilla, caucho, madera u otro material fácilmente moldeable y atacable a imagen de la persona o divinidad a los que se quiere dañar y, eventualmente, destruir. Luego se la atraviesa con unos alfileres especiales hechos a base de una serie de elementos fundidos y mezclados, se la golpea, mutila, funde o quema suponiendo que al personaje representado le ocurrirá otro tanto al mismo tiempo. Ya en la antigüedad, en la época faraónica durante el culto diario al dios sol Ra, los sacerdotes elaboraban estatuillas del dios de las tinieblas que iba a atacar al sol; las ponían en el suelo, las pisaban y escupían suponiendo que de este modo los poderes maléficos de las tinieblas serían disminuidos.

Son asimismo numerosas las leyendas que hablan de los houngan y los zombies es decir, muertos resucitados al servicio de un brujo. Aunque como acabamos de decir no son mas que leyendas no debemos despreciar el poder de los houngan que son grandes conocedores de las plantas y de los efectos que estas pueden causar en los seres humanos. En verdad, aunque mucho de lo relatado no tenga base científica y sean quizá simples habladurías es mejor andarse con cuidado…

 

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