La anorexia es una enfermedad que lleva a la destrucción personal por culpa de una sociedad que exige una perfección que no existe. La extrema delgadez que se nos vende como imagen ideal provoca que los adolescentes caigan en una peligrosa trampa en la que su cuerpo y su mente son las víctimas.

Es la enfermedad de moda, tres de cada cien mujeres europeas son anoréxicas, esta enfermedad se ha triplicado en diez años con una progresión propia de epidemia.

Las causa principales de esta enfermedad son: una preocupación excesiva por la comida, una imagen distorsionada del cuerpo y más que la intención la obsesión por adelgazar.

El hecho de no poseer esos rasgos físicos que la sociedad exige para estar a bien con ella, no es motivo para que poco a poco vayas arruinando tu vida y la de los que te rodean.

Se ha estudiado la influencia de la moda, los desencadenantes psicológicos, ahora los factores genéticos… Lo único claro es que desciende la edad de comienzo y que el paciente cae en un círculo vicioso.

Uno de los errores de las personas que padecen anorexia está en no reconocer su enfermedad, intentando hacer creer a los demás y a ellos mismos que es algo que pueden controlar, que es algo que está en sus manos. Pero no es cierto, lo único que ganan con ello es encerrarse poco a poco en sí mismos, haciéndose a la idea de que forma parte de sus vidas, sin darse cuenta de que son ellos mismos los que “se ponen la soga al cuello”.

La anorexia lleva en sí un proceso muy largo en el que se necesita mucha paciencia porque siempre hay una salida.

La ilusión de vivir, el amor y el cariño de los seres queridos vale mucha más que la pérdida de unos cuantos kilos que lo único que provocan es la destrucción, tanto física como personal.

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