El nuevo campo de fútbol de Santillana del Mar acogió un encuentro entre los veteranos del Real Madrid y del Altamira, donde se vio buen juego, en un partido homenaje al ex futbolista Carlos Alonso Santillana, uno de los deportistas más internacionales de nuestra comunidad.

El pasado 26 de marzo tuvo lugar en el municipio de Santillana del Mar un emotivo homenaje a Carlos Alonso González Santillana, como reconocimiento a su extensa y gloriosa trayectoria deportiva.
El principal acontecimiento consistía en un partido de fútbol entre veteranos del Real Madrid y veteranos del Altamira. La jornada comenzó a las 13:00 horas con la llegada de los jugadores del Madrid al Ayuntamiento, donde posteriormente fueron recibidos en el salón de plenos.

Pero los actos para los aficionados comenzaron por la tarde. Muchos fuimos los que nos congregamos en el campo Carlos Alonso Santillana de Camplengo, dentro del término municipal.
Yo acudí a las 16:30, aunque el partido comenzara una hora más tarde, ya que la afluencia masiva de gente podía desembocar en un caos en los accesos al campo. Cuando llegué, ya se habían congregado en el graderío un buen número de aficionados, y se esperaba la llegada de muchos más, por lo que el Ayuntamiento había habilitado unas gradas supletorias.

Minutos antes del inicio del partido, el grupo de danzas Santa Juliana  procedió a interpretar varios bailes regionales con arcos de flores. Después saltaron al campo a calentar varios jugadores de ambos equipos, si bien es cierto que fueron recibidos con más aplausos los veteranos madridistas que los de casa.

Más tarde los integrantes del grupo de danzas formaron un pasillo de honor con sus arcos de flores que primero fue atravesado por jugadores del Altamira de las temporadas del 50 al 53, que recibieron una placa conmemorativa.
Después saltaron al terreno de juego ambos equipos.

La nota más emotiva la protagonizó Santillana cuando al recibir una escultura de cristal soltó alguna lágrima al recordar su niñez, sus antiguos amigos y muy especialmente a su padre, fallecido recientemente.
A continuación comenzó el encuentro pasadas las 17:40 horas. Para este momento las gradas ya estaban a rebosar. Algunos cifran la afluencia de público en 3.000 personas, número que no es nada exagerado. En un principio Santillana jugó con el equipo local pero, a los diez minutos, Sanchís se retiró con molestias y Santillana se cambió de equipo.

Los primeros minutos fueron bastante igualados, aunque el temprano gol, de un fuerte disparo de Butragueño que golpea en un jugador local, rompió el partido y salió a relucir la superioridad madridista, sobre todo de la mano de Michel, que por la banda derecha firmó un espléndido partido con sus continuos y precisos centros.
También muy destacada la aportación de Martín Vázquez, que continuamente desbordaba por la banda izquierda y que dio el broche de oro a su actuación con un tanto.

Con la llegada del descanso, se puso en marcha el sistema de aspersores para dotar al esplendido campo de mayor rapidez. Debido a una broma de los encargados de mantenimiento estos  aspersores mojaron a varios espectadores, pero todo fue tomado a risa, ya que todo se desarrollaba dentro de un ambiente festivo.

A la reanudación el encuentro siguió el dominio madridista, que no se tradujo en tantos. Pero tras el descanso se percibió una mejoría en el juego de Santillana, que se mostraba más activo y continuamente buscaba el gol mediante los saltos de cabeza que tan famoso le hicieron. Y tras tanta insistencia, por fin Santillana consiguió un gol, que hizo que el graderío estallara en júbilo y grandes aplausos.

Cinco minutos antes de la finalización del encuentro mis acompañantes y yo abandonamos el campo, con temor a que los estrechos accesos al campo provocaran cola a la finalización del partido. En definitiva, acudimos a ver un bonito partido de homenaje que bien se merecía Carlos Alonso Santillana, uno de los más grandes exponentes del deporte cántabro.

Trabajo original