En Cantabria hay personas que pasan hambre, más de las que imaginamos. El Banco de Alimentos de Cantabria, una asociación en la que colaboran entre otros alumnos del IES José María de Pereda, se dedica a recoger alimentos y artículos de primera necesidad para luego distribuirlos entre quienes lo precisan. Solucionar el problema de los necesitados es responsabilidad de todos.

Aquí también hay personas que pasan hambre. Sí, aquí. Nos cruzamos con ellos a diario. No son únicamente los mendigos y los vagabundos: son muchas más las personas que pasan hambre. No pensemos sólo en la pobreza absoluta, en la pobreza que podríamos llamar tradicional.

Contemos, al hacer los cálculos, con la pobreza relativa, la de aquellos a quienes, quizá, ni les falta un techo ni viven envueltos en andrajos, pero carecen de todo lo demás.

Son muchos los jubilados y pensionistas que cobran todos los meses un sueldo de miseria; son los enfermos y disminuidos físicos; son las gentes en paro, muchos de ellos con hijos pequeños; los deficientes psíquicos; los ex drogadictos en vías de rehabilitación; los inmigrantes, etc…
Todas esas personas forman un gran ejército de necesitados ante los que no podemos sentirnos indiferentes. Y no es sólo el Estado quien ha de solucionar el problema; somos nosotros, los hombres y mujeres concretos, quienes tenemos también el deber de ayudarlos.

Es necesario tener un mínimo de sensibilidad social

Ser pobre es muy duro, pero serlo en una sociedad que gasta y malgasta sin ningún remordimiento, puede llegar a ser cruel. Por eso se agradecen iniciativas como ésta, que relatamos a continuación, del Banco de Alimentos, que con la colaboración de Eroski, de alumnos del IES Pereda y de miles de clientes, con tanta eficacia ayudan a paliar estas necesidades.

El Banco de Alimentos de Cantabria superó, en la campaña del año 2002, el medio millón de kilos de alimentos. Su fin es buscar, pedir y recoger alimentos para donarlos después a centros asistenciales de la Comunidad Autónoma de
Cantabria. El año pasado han sido135 los centros asistenciales que, con enorme eficacia, han repartido ese medio millón de kilos de alimentos a cerca de 14.000 personas necesitadas.

Colaboran con el Banco de alimentos personas voluntarias, jubilados o no, que ponen al servicio del Banco su formación profesional. También están los voluntarios jóvenes que actúan sobre todo en las colectas, «operaciones kilo», que se realizan en supermercados y grandes superficies.

Como ejemplo concreto resaltamos la que tuvo lugar el pasado mes de noviembre en «Valle Real», bajo el lema «Un poco de tu compra es mucho». Colaboraron unos 50 voluntarios, entre ellos 18 alumnos del IES Pereda.

Cabe resaltar que del Banco de Alimentos nos han felicitado por lo bien que lo han hecho nuestros alumnos, por su afabilidad y porque se ha obtenido un 50% más del número de kilos previsto.

Al acabar se les notaba algo cansados pero muy contentos. Y llenos de anécdotas muy simpáticas.

Tengo que decir, ahora que no me oyen, que lo han hecho de pegada. Muchas señoras estaban conmovidas. Una me decía: «Me ha impresionado tanto ver dos chicas tan majas que voy a invitar a dos necesitados a comer a mi casa». Otra: «Pensamos que los jóvenes están los viernes por la tarde con el botellón, y sin embargo vemos que estos chicos tan encantadores están ayudando a los demás y además con una sonrisa espléndida».

¿Que qué me ha llamado la atención? Pues la generosidad anónima de tantos clientes, que llenan literalmente los grandes carros de recogida de alimentos. La solidaridad de los voluntarios, jóvenes y no tan jóvenes, practicada con esa sonrisa que tanto arrastra.

El Departamento de Actividades Extraescolares desearía tener un equipo de alumnos voluntarios, para colaborar con el Banco de Alimentos de Cantabria en actividades puntuales de este tipo. Desde estas líneas os animamos a que os apuntéis. Vale la pena.

 

Trabajo original