El Programa ‘Enseñando a conciliar responsabilidades’, promovido por el Servicio Cántabro de Empleo, ha entrenado a los jóvenes en asumir responsabilidades sin distinción de sexo. El programa se ha desarrollado en los IES Foramontanos de Cabezón de la Sal, Santa Cruz de Castañeda y José Hierro, de San Vicente de la Barquera. Los institutos Lope de Vega, de Santa María de Cayón, y Valle del Saja, de Cabezón de la Sal, han sido con el Nueve Valles, de Reocín, los últimos en impartir esta experiencia.
Recientemente asistimos a unos talleres sobre la igualdad de sexos impartidos en el instituto gracias al programa ‘Enseñando a conciliar responsabilidades’. En estos cuatro días hicimos varias cosas.
El primero de ellos, la profe que nos tocó a los de 1ºA de ESO nos dio una charla sobre lo que íbamos a hacer y lo que íbamos a aprender. Hicimos una presentación sobre la igualdad. Cada uno tenía que decir su nombre y lo que pensaba sobre la igualdad.
Por ejemplo: Me llamo Sandra y creo que la igualdad no existe, porque los chicos tienen que ir a trabajar y las chicas tienen que estar en casa haciendo la comida, etc… Y encima algunas chicas también tienen que ir a trabajar aparte de limpiar la casa. Aunque ahora ya está cambiando un «poco».
Con esta presentación y algunos ejercicios estuvimos las dos primeras horas.
El segundo día, martes, vino Fidel con el coche de su mujer. Este taller era el de mecánica y aprendimos a cambiar la rueda al coche; a mirar el aceite y a cambiar las luces de atrás del coche.
Alba dejó los tornillos de la ruedas sueltos, las bombillas de atrás las cambió de sitio y dobló la varilla del aceite. Fidel era bombero y como tenía su equipaje en el coche nos lo enseñó. Nosotros, como no nos acordábamos de su nombre, lo llamábamos bombero. También vino un fotógrafo de El Diario Montañés a hacernos unas fotos.
El tercer día, miércoles, hicimos un taller de marquetería o reparaciones básicas del hogar. Ese día nos dio clase Eduardo. Había para elegir entre hacer un baúl y tapizarle, arreglar una lámpara, hacer un cajón o arreglar una silla y tapizarla.
En mi grupo estábamos Andrea, Ana, Lorena, Alba y yo. Nosotras hicimos el baúl. Al tener que tapizar el baúl (grapar) se nos salían volando las grapas de la grapadora y todas cada vez que íbamos a poner una grapa nos apartábamos o cerrábamos los ojos. ¡Qué risas! También había otros tres grupos. Ese día también estuvo el fotógrafo.
El jueves día 20, y último, Ángeles nos dio otra charla e hicimos un mural. Esto también lo hicimos por grupos. En el mío estaban Alba, Álvaro y Lorena. Este mural consistía en recortar de revistas fotos que mostrasen que no hay igualdad. Por ejemplo, nosotros recortamos a una mujer tendiendo la ropa y era un anuncio de gas ¿Qué tiene que ver el gas con la mujer tendiendo la ropa? A eso se quiere referir Ángeles. Un ejemplo que nos puso fue que para anunciar un coche por qué tiene que salir una mujer en biquini.
Estos cuatro días nos lo pasamos muy bien. Por lo menos las chicas, pero… ¿y los chicos?