Un nuevo emblema acompañará de ahora en adelante a la cruz roja y la media luna roja: el cristal rojo con forma de diamante. Este símbolo, aprobado por amplia mayoría durante una conferencia internacional, permitirá a Israel unirse a la red mundial de ayuda humanitaria. Con la aprobación de esta medida se acabará el conflicto de décadas acerca de la posibilidad de que Israel se sumara a esta organización.

El Cristal Rojo recibió 98 votos a favor, 27 en contra y 10 abstenciones. Los símbolos de la cruz roja y la media luna ya se quedaron atrás para los trabajadores de los servicios de emergencias y las ambulancias en zonas de conflicto.
En los últimos años, muchos países querían imponer unos símbolos para que se les reconocieran, pero todos fueron rechazados.
Francois Bugnion, director de la legislación internacional del Comité Internacional de la Cruz Roja, comentó que “demasiados emblemas pueden poner en riesgo la seguridad de los funcionarios” y agregó “cada uno sería identificado con diferentes países, lo cual enviaría un mensaje que haría perder la neutralidad a los equipos de ayuda, lo que les restaría la protección necesaria”.

Suiza, sede de la conferencia, intentó durante tres días una reunión entre israelíes y sirios para conseguir un consenso antes de decidirse a convocar una votación.
En Medio Oriente, donde los conflictos entre los países arabes e Israel no cesan, el ingreso de personal médico llevando una estrella de David en zonas reclamadas por los musulmanes es visto como una agresión. Y es que el problema de la estrella de David es un símbolo nacional israelí en vez de ser un emblema de ayuda humanitaria y los países arabes no aceptarían las condiciones de que un símbolo israelí formara parte de la convención de Ginebra y esta de ser una representación internacional donde los países árabes se incluyeran.

El símbolo de la Cruz Roja fue adoptado en 1864 y no es más que la bandera de Suiza invertida, y por ser la misma bandera de un país en viceversa que representara a un organización internacional quiso Henry Dunnant, el fundador de la organización, en buscar un símbolo que llevara a la neutralidad de su país natal.

Ginebra siempre que ha tenido fama de ciudad tranquila y muy apacible, ha visto una intensa actividad diplomática que busca un acuerdo sobre el tema, y esto ha tenido a la gente de la ciudad muy inquieta por la curiosidad en la que se zanjaba el asunto.
Se comentaba que iba a ser muy difícil el entendimiento porque el problema que de los cientos de símbolos alguno no sería reconocido y a su deber tampoco sería respetado.
Pero después de tanta ansiedad de los funcionarios consultados que estuvieron en Suiza preparando la conferencia para resolverlo llegaron a solucionar el conflicto entre países por la elección del cristal rojo: el nuevo emblema “neutral”.

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