Los líderes de los veinticinco países miembros de la UE firmaron en Roma el 29 de octubre de 2004 el Tratado de la Constitución para Europa. Tras dos años de negociaciones, la Unión Europea ve nacer su propia Carta Magna, que deberá ahora ser ratificada por cada país, bien en referéndum o bien por cada Parlamento Nacional.

La Constitución para Europa es algo más que la elección de un presidente y la ponderación del voto. La Constitución de la UE, cuyo primer tratado constitucional se firmó en Bruselas el 13 de junio de 2003, velará por los derechos de los europeos por encima de la Carta Magna de cada país miembro.

Estructura de la Constitución

La Constitución Europea se divide en cuatro partes.

  • En la primera de ellas se definen los valores, objetivos, competencias, procedimientos de toma de decisiones e instituciones de la Unión Europea; también aborda los símbolos, la ciudadanía, la vida democrática y las finanzas de la Unión.
  • En la segunda parte figura la «Carta de los Derechos Fundamentales».
  • En la tercera, se describen las políticas y las acciones internas y externas así como el funcionamiento de la Unión Europea.
  • En la cuarta parte se estipulan las disposiciones finales, entre las que se encuentran los procedimientos de adopción y de revisión de la Constitución.

Entre otros aspectos la Constitución apuesta por el respeto de la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el Estado de derecho y los derechos humanos.
Una sociedad caracterizada por el pluralismo, la ausencia de discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre hombres y mujeres.
Sólo los Estados que respetan estos valores pueden adherirse a la Unión Europea. Asimismo, pueden tomarse medidas contra los Estados miembros que no respeten estos mismos valores.

La Constitución establece además la libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales, así como la libertad de establecimiento y la ausencia de discriminación por razón de la nacionalidad.

En cuanto a los objetivos comunes de los países miembros se establece que estos serán:

  • La paz y el bienestar.
  • La libertad, la seguridad y la justicia.
  • Un mercado interior importante y la libre competencia.
  • Un desarrollo sostenible que integre los aspectos económicos, sociales y medioambientales.
  • El progreso científico y técnico.
  • La justicia y la protección social.
  • La protección de los derechos de los niños.
  • La cohesión económica, social y territorial y la solidaridad entre los Estados miembros.
  • La diversidad cultural y lingüística.
  • La conservación y el desarrollo del patrimonio cultural europeo.

El voto de los españoles

El último barómetro del CIS revela que el 42,7% de los españoles votará a favor de la ratificación de la Constitución Europea en el referéndum de febrero. Eso a pesar de que un 64,5% de ellos admite tener un conocimiento bajo o muy bajo de la Carta Magna de Bruselas.
No obstante, aumenta el número de quienes tienen decidido acudir a votar, que alcanza el 60,1%. Los partidarios del ‘no’ se mantienen casi sin variaciones en un 4,1%, mientras que la abstención sube al 22,6%. El número de quienes anuncian un voto en blanco llega al 6,9%.

Entre quienes tienen pensado abstenerse, el 45,5% lo justifica por «falta de información», seguido del 30,2% que alega «falta de interés; el 7,2% que responde que no acudirá a las urnas «para castigar al Gobierno» y el 6,2% que dice estar en desacuerdo con la Constitución Europea. Sin embargo, según los datos del CIS, el 75,2% de los españoles considera muy importante o bastante importante el hecho de que se apruebe esta Constitución en los distintos países de la UE.

La mayoría de los consultados, un 74,3%, cree que el referéndum será favorable a la Constitución Europea, frente a un 3,7% que piensa lo contrario; el 67,8% considera que es más conveniente para los intereses de España que se apruebe.

La Europa de los 25

Nació como la Europa de los 6. Desde 1995, es la Europa de los 15. Y ahora, la Unión ha dado luz verde a una nueva ampliación, la mayor de su historia.
Desde el 1 de mayo de 2004, Chipre, la República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia forman parte de la familia continental junto a Portugal, España, Francia, Luxemburgo, Reino Unido, Irlanda, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Alemania, Austria, Italia, Grecia, Finlandia, Suecia.
En lista de espera quedan Bulgaria y Rumanía. La Comisión estima que estos países podrían ingresar en la UE en 2007. Sin embargo, Turquía, otro país aspirante, permanece a la espera hasta que intensifique «sus esfuerzos de democratización», según establece una resolución del Parlamento europeo.

 

Trabajo original