Los avances en la ciencia son cada vez más importantes y repercuten más en nuestras vidas. El ser humano sueña con alcanzar el infinito, la inmortalidad, proyectos utópicos por medio de la ciencia… y puede ser que esta ilusión no esté tan lejana como pensábamos.

Eso de que cada ser humano es único está ahora pasado de moda. Lo que se lleva es la igualdad, sí, ¡pero de genes! ¿Quién no ha soñado alguna vez con tener un doble a quien endosar sus trabajos más pesados? ¿Quién no ha deseado alguna vez que ese doble se levantase por uno a las ocho de la mañana e hiciese los exámenes mientras descansas plácidamente? Hasta ahora parecía una utopía pero podría convertirse en realidad antes de lo que imaginas… 

Desde los años 70 nuestra sociedad vive un momento de revolución tecnológica. Los avances de la biología nos permiten hoy en día tomar información de un animal e introducirla en una planta o viceversa. Esta técnica denominada ingeniería genética tiene una infinidad de aplicaciones.
Se han conseguido cosas que hasta hace unos años parecían impensables como, por ejemplo, descifrar por completo el código genético de una mosca, avanzando también en el estudio del código humano.

Además, en nuestra sociedad están presentes muchos productos provenientes de esta tecnología como, por ejemplo, los derivados de la aplicación de esta técnica en el campo de la agricultura y la producción de alimentos, los llamados alimentos transgénicos. ¿Quién se imaginaba hace unos años sandías cuadradas? ¿A quién se le pasaba ni tan siquiera por la mente frutas y hortalizas de tamaño descomunal? Pues bien, esta nueva técnica lo ha conseguido.
Hoy se cultivan en el mundo más de 50 millones de hectáreas transgénicas siendo los países en desarrollo las zonas en las que más han aumentado este tipo de cultivos.

Aunque el desarrollo de este tipo de alimentos no está aún muy claro es cierto que son innumerables las ve ntajas que esta clase de productos podrían aportar a la sociedad. Alimentos que resistan más el calor y las sequías e incluso plantas para tierras hasta ahora no aptas para el cultivo. En definitiva, la solución final a los problemas de los millones de personas que pasan hambre en el mundo.

Aún así hay que tener en cuenta los riesgos que este nuevo tipo de superplantas podrían acarrear a la salud como alergias, la toxicidad o el aumento de la resistencia a los antibióticos, así como los riesgos de estos alimentos para el medio ambiente.
La tecnología avanza y los descubrimientos se suceden. Algunos de ellos son tan increíbles que más bien parecen sacados de un film de Steven Spielberg. La clonación de la oveja Dolly abrió paso a una investigación cuya meta es llegar a clonar no sólo otras especies animales sino también órganos e incluso seres humanos.

Hasta que llegó dicha oveja, en 1997, el hecho de clonar seres humanos era tan sólo una hipótesis, algo fuera de cualquier posibilidad racional, un simple sueño fruto de la imaginación. Sin embargo, esto ha cambiado. Según los expertos es muy probable que, no dentro de mucho, se consiga crear el primer bebe clónico de la historia. Medios hay suficientes y tampoco faltan los interesados… Ya en 1999, un equipo científico surcoreano dio los primeros pasos en la clonación de un embrión humano. Aunque el experimento fue voluntariamente suspendido, desde entonces la biotecnología ha progresado vertiginosamente. Al fin y al cabo, todo el proceso no cuesta ni 60.000 euros…

La tecnología avanza a pasos tan agigantados que ya nada parece estar fuera de nuestro alcance. Quién sabe, quizá dentro de unos años veamos a nuestros dobles convivir con los dinosaurios…

 

Trabajo original