Yo no voy a hablar de mi infancia ni de mi pasado, sino de nuestros bosques y animales que pronto extinguirán y aunque raro que parezca, todavía no nos hemos conmutado.
Esto no es un ruego ni una petición, sino una advertencia;
incendios, caza furtiva… Nadie se salva de esta condena
es tu culpa, es la mía, todos somos culpables de negligencia.
Ya es tarde, no hay posibilidades, para nosotros ha terminado,
ni nuestros hijos, ni nietos podrán respirar de los árboles.