Este grupo de alumnos de 4º curso de Secundaria nos relatan el día a día, al más puro estilo del capitán de un barco, del itinerario educativo que realizaron por Castilla y León y Madrid.

Lunes 30, abril: Burgos

La salida, prevista para las 8:00 se retrasó, debido a que algunos compañeros no acababan de salir de la cama, quizá por ese motivo el viaje fue muy tranquilo, hasta nuestra llegada a Burgos, con parada obligatoria en su espectacular catedral, donde un guía concertado nos fue enseñando entre anécdotas y batallitas, y tanto por fuera como por dentro, todos los secretos de la catedral. Los estómagos de algunos de nosotros no estaban para visitas debido a lo temprano del viaje y a lo accidentado del recorrido.

Después de disfrutar de 10 minutos contados de descanso, y de haber comido en una residencia juvenil, fuimos a un parque donde tuvimos por primera vez la ocasión de hacer un poco el indio en sus diversas atracciones, toboganes, sube y baja, etc…
Media hora de arrebato juvenil y nos pusimos en camino hacia el Monasterio de la Cartuja, un interesante y curioso lugar, pero ninguno de nosotros se explicaba cómo pueden vivir así, ya que los cartujos son una orden que sigue una estricta clausura en donde no entra ni sale nadie ni nada; todo se hace dentro (ropa comida, etc…) Pero lo aceptamos – ya sabes hermano -, vive y deja vivir. Nos picaba la curiosidad, pero no pudimos ver a ningún cartujo.

Las seis. Partimos para el primer albergue que nos acogería, estaba en la provincia de Salamanca. Para rematar la faena nuestro guía particular nos propuso un juego de rol, que sólo bastó para repartir algunas risas y pequeñas contusiones mentales, vamos, nada que destacar salvo brillantes actuaciones de algunos compañeros. A dormir quien pueda.

 

Martes 1, mayo: Salamanca

Éste ya fue un día más chungo, destino: Salamanca. 8:00, mala hora para empezar. Ritual: vestirse, asearse, desayunar y arrancando. Primera parada, cómo no, la catedral, y cuidado, que hay dos. Fue una visita tranquila. Hubo momentos en los que pusimos interés, porque hay veces que te pica la curiosidad. Luego nos permitieron escaparnos de tanto monumento durante una hora, tiempo para comprar recuerdos aunque, fueses donde fueses, había una rana que se empeñaba en aparecer en todos los rincones de la ciudad.

Acabada mi paranoia comimos para seguir con la tortura de pensar en lo bonito que sería estar en casita durmiendo. Visitamos la Plaza Mayor y la Universidad, donde volví a ver a la dichosa rana, pero no pasa porque ya estábamos avisados (para ignorantes: La leyenda cuenta que todo el que localice la rana en la puerta de la universidad se casará). Asegurado mi matrimonio con …….. (material confidencial) proseguimos hasta la biblioteca de la universidad, interesante no sólo por su fachada de conchas de piedra, curiosa decoración para un lugar tan alejado de la costa. De vuelta al albergue nos sobró tiempo para dar una vuelta, donde conocimos chicos y chicas que nos enseñaron algo del lugar; y ya por la noche, fiestaaaaaa, hubo de todo, baile, risas y seguro que más de uno se puso tonto. 

 

Miércoles 2, mayo: Segovia

A las 8:00 de la mañana, para no perder la costumbre, empezamos con el ritual, vestirse, asearse y desayunar… Salimos hacia Segovia donde lo primero que vimos, debido a su tamaño, fue el Acueducto, pero ese no era nuestro destino. El destino era el Alcázar, donde estaban de fiesta, o algo así; una visita guiada y fugaz en la que por fin confirmamos una de las mayores dudas de la historia, señoras y señores. Pelayo, si Pelayo, el de la Reconquista era cántabro y además lebaniego. Las salas eran muy bonitas con unos techos que parecían auténticas joyas.

A la salida del Alcázar nos tropezamos con un tal Iker Casillas, el futbolista, al que no tardamos en abordar. Acabado el acoso nos fuimos a comer a un centro comercial cerrado pero, por suerte, los recreativos estaban abiertos y alguna bocatería también. Acabada la comida fuimos fuera a pelarnos de frío. Retornando a lo que nos acontece, fuimos a la fabrica de vidrio, donde además de aprender cosas sobre la fabricación del vidrio y su historia, vimos una exposición muy bonita. Después fuimos a un gran jardín con unas fuentes enormes, sobre todo una que tenía una cantidad incontable de chorros de agua, y eso fue todo.

Cambio de albergue y de ambiente, esta vez nos tocó una casa tan fea como grande, pero rápidamente la hicimos acogedora. Esta noche tocaban juegos, concursos y obras teatrales. Esa noche no será recordada por lo mucho que dormimos.

 

Jueves 3, mayo: Madrid

Y de nuevo, a las 8:00 arriba. Juro no haber madrugado tantos días seguidos. Ya sabes el ritual: vestirse, asearse, desayunar. Nos pusimos en marcha hacia Madrid donde visitamos el Museo del Prado, donde vimos pinturas de nuestros más prestigiosos pintores: Goya, Velázquez, etc….. pero lo mejor estaba por llegar, pero antes tocaba comer, esta vez en un parque conocido de Madrid, el Parque del Retiro. Seguimos con el Parque de Atracciones, donde disfrutamos de cuatro horas de diversión. Hartos de tanta diversión volvimos al albergue, donde afrontaríamos nuestra última noche.

 

Viernes 4, mayo: Avila

A las 8:30 nos levantamos para afrontar nuestro último día en Castilla. Después del ritual nos pusimos en marcha, tras recoger los bocadillos, a Ávila.
En Ávila sólo tuvimos tiempo de ver la famosa muralla con guía concertado, una muralla con una gran historia, son muchas las batallitas que ha vivido. Tuvimos un tiempo para ver el pueblo, tiempo que se me hizo corto, ya que Ávila es una ciudad que me atrae mucho, pero había que volver a Potes pronto, así que nos pusimos en marcha, comimos por el camino los bocatas y de nuestro itinerario unicamente nos quedaba nuestra llegada a Potes.
Este viaje fue para nosotros una experiencia única.

 

Trabajo original