El tema que queremos tratar es el siguiente: las consecuencias psicológicas de vivir en un régimen totalitario. En las clases de Historia estudiamos nuestro pasado y también en otras materias, como en Filosofía y en Literatura, analizamos hechos y situaciones de nuestra historia reciente en España. Nos hemos preguntado, entre otras cosas, qué sintieron nuestros abuelos y abuelas en la dictadura y, en general, qué sienten las personas que viven en algún régimen totalitario y no tienen libertad. Por eso hemos querido hacer esta entrevista a nuestra profesora, Aránzazu Iturrioz, que nos da clase de Filosofía y que también da clase de Psicología en 2º de Bachillerato.

Pregunta.- ¿Qué consecuencias psicológicas puede tener vivir en un régimen totalitario? 
Respuesta.- Sabemos de la importancia que tienen las experiencias vividas en nuestra personalidad y en nuestra forma de enfrentarnos a la vida. Sabemos lo importante que es vivir en entornos seguros en los que estamos a gusto y nos sentimos libres y queridos… Esto tiene un impacto positivo en nosotros, en nuestras vidas, especialmente en la niñez y en la juventud. Vivir en un régimen totalitario, con falta de libertades y con miedo, nos hace sentirnos inseguros, expuestos, vulnerables e impide que nos desarrollemos como personas.

P.-¿Cómo pueden afectar las decisiones del dictador en las mentes de las personas? Por ejemplo, no poder hablar el idioma natal, como el euskera, el gallego y el catalán… y teniendo en cuenta que si les encontraban hablándolo en la calle podrían ser castigados, de alguna manera…
R.- El efecto principal, la consecuencia fundamental de vivir en un régimen totalitario, es el miedo, vivir con miedo… Miedo a hablar, a dar tu opinión, a tomar decisiones, a mostrarte como eres, a decir tus ideas, a perder el empleo, miedo a ser puesto en una lista negra, a ser tachado o eliminado, real o metafóricamente, miedo a ser castigado…   En las sociedades autoritarias y dictatoriales, las personas viven con miedo y el miedo nos limita y, muchas veces, nos anula. El miedo es el arma principal que utilizan los dictadores. Como decía Hannah Arendt, “el terror es la esencia de la dominación totalitaria».

 

 

P.- ¿Cómo puede influir la matanza de tantas personas, como ocurre en las guerras, en la mente de la gente? ¿Cómo se pueden sentir las personas si saben que, si manifiestan su opinión contra la dictadura, pueden ser detenidas y que pueden no regresar a sus casas por dar su opinión?
R.- La evidencia de que las personas pueden ser castigadas, acalladas, eliminadas o desaparecidas en las dictaduras y en las situaciones de conflictos y de guerras, como la inesperada guerra contra Ucrania que estamos viviendo en estos momentos, tiene varias consecuencias psicológicas.
En primer lugar, como ya os he comentado antes, una consecuencia psicológica clara es el miedo, ya que se ve la amenaza real de la muerte que puede alcanzarnos a todos. El miedo se une a la sensación de vulnerabilidad, de estar expuestos a situaciones límite que hacen sufrir y en las que no sabemos cómo vamos a reaccionar. 
Otra consecuencia psicológica de vivir en un sistema totalitario es el odio, la rabia y la ira hacia quienes han atentado contra nuestra existencia, contra nuestras ideas y contra nuestros valores. Estos sentimientos que aparecen en los conflictos políticos y bélicos nos dan la pista de por qué el odio se retroalimenta, tanto en las víctimas como en los victimarios o agresores. En las sociedades democráticas es necesario, por lo tanto, establecer procedimientos dialógicos para la superación de conflictos, procedimientos que garanticen el respeto por las personas y la defensa de los valores de la democracia.

P.-Muchas gracias. Nos ha gustado mucho hablar contigo.
R.- Lo mismo digo. Espero que mis respuestas os ayuden un poco a entender mejor las consecuencias de ese tipo de gobierno y a defender los sistemas democráticos.

 

Más información:

Hannah Arendt https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/arendt.htm