Los alumnos y alumnas de 2º de Bachillerato de Psicología y TIC II del IES Cantabria han participado en un proyecto eTwinning titulado ‘El arte de…’.  En este proyecto europeo, en el que hemos trabajado con socios de España, Portugal, Italia, Bélgica y Eslovenia, las actividades han girado en torno a fragmentos de varias obras clásicas y contemporáneas que queremos compartir con todos porque merece la pena su lectura y quizás animen a alguien a profundizar en estos temas. ¡Disfrutad de estos fragmentos!

EL ARTE DE MANTENER LA CALMA O SOBRE LA IRA, DE SÉNECA

Séneca, pensador latino nacido en Córdoba, escribió esta obra en el siglo I. En primer lugar, nos explica qué es la ira y, posteriormente, nos da consejos para controlarla.  En los tiempos que corren es muy importante mantener la calma y sus consejos nos vendrán muy bien.

Los alumnos y alumnas de 2º de Bachillerato del IES Cantabria de Santander (España) y sus profesoras, Aránzazu Iturrioz y Mónica Perales, hemos seleccionado seis fragmentos de esta obra.

Fragmento 1: «Los sabios de antaño la definen como una locura breve pues, como el demente, el iracundo es incapaz de controlarse, olvida lo que le conviene, ignora los afectos, se obstina en alcanzar sus fines, no escucha consejos ni atiende a razones, se ofende por nimiedades y no distingue lo justo de lo injusto ni lo verdadero de lo falso. Se parece a un edificio que, al derrumbarse, se hace pedazos sobre aquello mismo que sepulta».

Fragmento 2: «El mejor remedio contra la ira es la demora. Cuando sientas que se te despierta la cólera, no te obligues a perdonar, sino a ejercitar el buen juicio. Los primeros impulsos de la ira son muy intensos, pero, si la haces esperar, lo más seguro es que se calme. Y no trates de deshacerte de ella de un tirón. Atácala por partes y la derrotarás».

Fragmento 3: «Cuando te resulte difícil perdonar, piensa qué pasaría si todo el mundo fuera implacable. ¿Cuántas veces el que niega el perdón acaba implorándolo? ¿Cuántas veces termina alguien suplicando a quien le suplicó en el pasado? ¿Qué hay más honorable que transformar la ira en amistad?».

Fragmento 4: «Esfuérzate en que la ofensa no te afecte, pues es un sentimiento difícil de gestionar. Para ello, trata de rodearte de personas pacíficas y bienhumoradas y, puesto que ciertos hábitos se aprenden por imitación, aléjate de los ansiosos y los depresivos. Los males del espíritu se contagian por contacto, como las enfermedades del cuerpo».

Fragmento 5: «A veces una mala interpretación convierte una simple expresión en insulto, por eso algunas cosas hay que tomárselas a risa, darles largas o perdonarlas. Es necesario desarrollar estrategias para gestionar la ira. Intenta tomarte las ofensas con sentido del humor».

Fragmento 6: «Por todas partes hay motivos para encolerizarse. Usa la cabeza, pues de lo contrario la ira te arrastrará de un lado a otro, siempre alimentándose y creciendo con nuevos agravios, y entonces, ¿Cuándo practicarás el amor, infeliz? No malgastes tus días con un hábito tan pernicioso. Te trae más cuenta cultivar la amistad, congraciarte con tus enemigos, consagrarte al bien común o dedicarte a los asuntos domésticos que pasarte la vida buscando la manera de dañar la dignidad, la integridad física o el patrimonio de tus semejantes, lo cual además siempre supone un riesgo, incluso cuando el enemigo sea inferior a ti».

EL ARTE DE AMAR, DE ERICH FROMM

Esta obra de E. Fromm, publicada en 1956, empieza con una pregunta… ¿Es el amor un arte? En tal caso, requiere conocimiento y esfuerzo. ¿O es el amor una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno «tropieza» si tiene suerte? Este libro se basa en la primera premisa, si bien es indudable que la mayoría de la gente de hoy cree en la segunda.

Todos juntos, los alumnos del tercer año del curso del Liceo Quinto Orazio Flacco de Portici (Italia) y sus profesoras, Maria Carrozza y Sandra Guerriero, hemos leído este texto y lo hemos encontrado muy interesante y emocionante. Al final, hemos elegido estos fragmentos:

Fragmento 1:  «El amor maduro significa unión a condición de preservar la propia integridad, la propia individualidad. El amor es un poder activo en el hombre; un poder que atraviesa las barreras que separan al hombre de sus semejantes y lo une a los demás; el amor lo capacita para superar su sentimiento de aislamiento y separación, y no obstante le permite ser él mismo, mantener su integridad. En el amor se da la paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo dos».

Fragmento 2: «El amor es una actividad, no un afecto pasivo; es un «estar continuado», no un «súbito arranque». En el sentido más general, puede describirse el carácter activo del amor afirmando que amar es fundamentalmente dar, no recibir. 
¿Qué es dar? Por simple que parezca la respuesta, está en realidad plena de ambigüedades y complejidades. El malentendido más común consiste en suponer que dar significa «renunciar» a algo, privarse de algo, sacrificarse. Dar posee un significado totalmente distinto: constituye la más alta expresión de potencia. En el acto mismo de dar, experimento mi fuerza, mi riqueza, mi poder…Dar produce más felicidad que recibir, no porque sea una privación, sino porque en el acto de dar está la expresión de mi vitalidad».

Fragmento 3: «Respeto no significa temor y sumisa reverencia; denota, de acuerdo con la raíz de la palabra (respicere = mirar), la capacidad de ver a una persona tal cual es, tener conciencia de su individualidad única. Respetar significa preocuparse por que la otra persona crezca y se desarrolle tal como es. De ese modo, el respeto implica la ausencia de explotación. Quiero que la persona amada crezca y se desarrolle por sí misma, en la forma que les es propia, y no para servirme. Si amo a la otra persona, me siento uno con ella, pero con ella tal cual es, no como yo necesito que sea, como un objeto para mi uso».

Fragmento 4: «Se deduce que mi propia persona debe ser un objeto de mi amor al igual que lo es otra persona. La afirmación de la vida, felicidad, crecimiento y libertad propios, está arraigada en la propia capacidad de amar, esto es, en el cuidado, el respeto, la responsabilidad y el conocimiento. Si un individuo es capaz de amar productivamente, también se ama a sí mismo; si sólo ama a los demás, no puede amar en absoluto».

Fragmento 5: «Concentrarse en la relación con otros significa fundamentalmente poder escuchar. La mayoría de la gente oye a los demás, y aun da consejos, sin escuchar realmente. No toman en serio las palabras de la otra persona, y tampoco les importan demasiado sus propias respuestas».

 

EL ARTE DE LA PAZ, DE M. UESHIBA 

Morihei Ueshiba (1883-1969), autor de la obra, fue fundador del Aikido, un arte marcial japonés cuya filosofía se basa en la creación de un camino que una a todos los seres humanos y los vea como parte del Universo. Para conseguirlo, debemos estar por encima de la discordia, la enemistad, la violencia, el odio, y llegar a ser personas pacíficas, y amistosas con nuestros semejantes. 

Los alumnos del Liceo «Carmine Sylos» de Bitonto (Italia) y las profesoras Rossella Romaniello y Rossana Latronico hemos leído el texto con mucho interés y hemos elegido los siguientes fragmentos: 

Fragmento 1: «El arte de la Paz comienza contigo. Trabaja sobre ti mismo y con la tarea que te ha sido asignada en el Arte de la Paz. Todos tenemos un espíritu que puede ser refinado, un cuerpo que puede ser entrenado de cierta manera, un sendero conveniente para seguir. Estas aquí con el sólo propósito de darte cuenta de tu divinidad interior y manifestar tu iluminación innata. Alimenta la paz en tu propia vida y luego aplica el arte a todo lo que encuentres».

Fragmento 2: «El Arte de la Paz es el principio a la no resistencia. Porque no es resistente, cuenta desde el comienzo con la victoria. Los que tienen malas intenciones o pensamientos pendencieros son derrotados instantáneamente. El Arte de la Paz en invencible porque contra nada lucha».

Fragmento 3: «Cada día la vida humana contiene iras y alegrías, dolor y placer, luz y oscuridad, crecimiento y decadencia. Cada momento está marcado con el gran propósito de la naturaleza: no trates de oponerte o negar el orden cósmico de las cosas».

Fragmento 4: «El fracaso es la clave del éxito. Cada error nos enseña algo».

 

 

EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDA, DE RAFAEL SANTANDREU

Rafael Santandreu es psicólogo y en esta obra, publicada en 2011, expone un método práctico y claro para ser personas más fuertes y felices. 

¿Qué significa amargar o amargarse? Pues, hemos buscado la respuesta a esta duda en el diccionario en línea de la Real Academia Española y este fue el resultado:

1. Comunicar sabor o gusto desagradable a algo.
2. Causar aflicción o disgusto.
3. Dicho de una persona: Experimentar resentimiento por frustraciones, fracasos, disgustos, etc.
4. Dicho de una cosa: Tener sabor o gusto amargo

Entonces, ¿qué podemos hacer para no experimentar esos sentimientos negativos que nos impiden que disfrutemos la vida tranquilamente?

Para lograr ultrapasar nuestras neurosis y temores, Rafael Santandreu nos presenta en su obra «El arte de No amargarse la vida» su experiencia como psicólogo y un conjunto de consejos que nos podrán ayudar a alcanzar la estabilidad emocional tan deseada.

Los alumnos del 12º7 del Agrupamento de Escolas Sá de Miranda de Braga (Portugal), bajo la coordinación del profesor Joaquim Almeida, hemos elegido los siguientes fragmentos: 

Fragmento 1: «La depresión, la ansiedad y la obsesión son nuestros principales oponentes, y cuando nos dejamos atrapar por ellos, lo que perdemos es la facultad para vivir plenamente. La vida es para disfrutarla: amar, aprender, descubrir…, y eso sólo lo podremos hacer cuando hayamos superado la neurosis o el miedo, su principal síntoma».

Fragmento 2: «Pensar exageradamente, anticipar situaciones negativas tremendistas nunca es una buena estrategia de resolución de problemas. Cada situación merece una ponderación adecuada, lo más realista posible, y eso nos ayudará a resolver cada situación de la vida. Deprimirse, estresarse, llenarse de rabia son actitudes que no contribuyen en nada al éxito».

Fragmento 3:  «Si nos detenemos a pensar sobre la realidad, nos damos cuenta de que, muchas veces, exageramos la relevancia de las adversidades. Esa exageración tiene consecuencias emocionales nocivas. Aprender a evaluar lo que nos sucede con realismo y objetividad nos hace más fuertes y tranquilos. Uno de los mejores criterios para saber si algo es «un poco malo» o «muy malo» es preguntarse: «¿En qué medida eso me impide hacer cosas valiosas en mi vida?».

Fragmento 4:  «Todos nosotros, sea cual sea la situación en la que nos encontremos, ya podemos ser felices. ¡Hoy! Porque, aunque nos falte un novio con el que vivir, un empleo seguro, compañía…, todo eso no es suficiente como para quitarnos la alegría, la capacidad de hacer cosas hermosas. La mayor parte de las razones por las que nos lamentamos son humo, lloramos por carecer de tonterías innecesarias para la felicidad, aunque a veces nos cueste tanto verlo».

Fragmento 5: «La vergüenza es un problema mayor de lo que imaginamos. ¡Por culpa de ella, perdemos tantas oportunidades de disfrutar de la vida! Por vergüenza, dejamos de conocer personas maravillosas con las que tener un bellísimo romance. Por vergüenza, dejamos de aprender cuando no levantamos la mano para admitir que no entendemos. Por vergüenza…, siempre por la estúpida vergüenza, perdemos tanto…»

Fragmento 6:  «La aceptación incondicional de uno mismo va ligada a la aceptación de los demás. Los seres humanos somos animales lógicos y si no aceptas a los demás incondicionalmente, tampoco lo harás contigo mismo cuando falles o cuando alguien deje de valorarte».

Fragmento 7: «Si conseguimos mirar el mundo a través de unos ojos que no se quejan, que valoran lo que poseen por encima de lo que no poseen, empezaremos a sentir en consonancia. Nuestro interior se apaciguará, dejaremos de exigirnos a nosotros mismos y al mundo, y cada vez experimentaremos más momentos de felicidad».

 

 

En esta presentación está el trabajo que los alumnos y alumnas participantes han hecho sobre ‘El arte de mantener la calma’, de Séneca. ¡Esperamos que os guste!