Una pitufialumna del instituto santanderino nos cuenta la pitufisalida de sus pituficompañeros a la localidad de Rucandio. Según cuenta la pitufiestudiante, la jornada fue una pitufiexperiencia de lo más positiva que quieren repetir antes de los Pituficarnavales.

Rucandio es un pueblecito situado junto a La Cavada y Liérganes (Cantabria). A través de un pitufisendero y luego campo a través, no sin antes sortear varias pitufialambradas, se tiene acceso a dos picos de reducidas pero muy iguales formas y dimensiones, demominados por su curioso aspecto «Las tetas de Liérganes», desde donde se aprecia una bonita panorámica del ya citado pueblo.

Érase una vez Papá-Pitufo desempeñando el rol de profesor. Interrumpió la pituficlase para comunicar a sus pitufialumnos que en cursos anteriores, con el fin de mejorar las relaciones entre pitufines, se habían organizado salidas en plan acampadas a refugios de montaña y que incluso mejoraban los pitufiresultados académicos.

Los pitufines acogieron con gran entusiasmo la pitufiidea, sugiriendo llevarla a cabo. Papá-Pitufo preguntó quiénes de los pitufines estarían dispuestos a ir. Levantaron la pitufimano la mayoría de ellos.

Al cabo de unos días Papá pitufo llegó con la idea de ir de pitufiacampada a Rucandio.

Tras ponerse de acuerdo en una pitufifecha, los pitufines decidieron que el traslado lo harían en sus pituficoches, ya que muchos tienen pituficarné, pero esta primera salida tuvo que ser aplazada durante un pitufifín de semana por el mal pitufitiempo.

Una vez solucionado el pitufiproblema del tiempo y con el permiso de Jefatura de Pitufiestudios, la mayoría de los pitufines junto con Papá-Pitufo se tomaron el viernes como «libre», para llegar al pitufirrefugio el viernes por la pitufimañana y salir el domingo alrededor de las 2:00 de la tarde.

Una vez en el lugar, los pitufos se dedicaron a pitufipasear por la zona. Algunos incluso se atrevieron a subir a «Las tetas de Liérganes», a jugar a las pituficartas, recoger pitufileña, jugar al rol, incluso celebraron el pituficumpleaños de un pituficompañero. En definitiva, se dedicaron a pitufar.

La pitufiexperiencia fue positiva, el conocimiento mutuo entre pitufines ha aumentado; no es lo mismo estar 6 horas lectivas con un pitufín, que dos días y medio de pitufiocio. En cuanto a los pitufiresultados, todavía está por ver.

Por mi pitufiparte, animo a todo aquel que tenga la oportunidad a que realice alguna pitufiactividad parecida. Los pitufines ya están pensando en repetir antes de Pituficarnavales.

Trabajo original