¿Conoces las Bratz? Nos encontramos ante una cabeza con un exagerado tamaño, más grande de lo normal, unos ojos y unos labios que parece que han pasado por quirófano y, por último, un minúsculo y escuálido cuerpo con unas medidas que trasladadas a la realidad nos mostrarían una hormiguita con cabeza de avispa.
Esta desproporción tiene su propio nombre, Bratz, una línea de muñecas producidas a finales del año 2001 creadas en ambos sexos, comenzando por Chicos Bratz seguidos por Chicas Bratz.
Supongo que las exageradas medidas de Barbie se hayan quedado cortas y los fabricantes de muñecas necesiten renovarse…
La famosa Barbie se queda corta respecto a Bratz. Ésta es más que Barbie en todo: más desproporcionada, más moderna, más independiente, pero a la vez muchísimo más dependiente respecto a la hora de buscarse un chico Bratz. Es más atrevida a la hora de vestir y sin pelos en la lengua, mientras que Barbie parecía representar a la mujer que siempre actuaba de modo correcto o tenía unas palabras amables para su amado Ken. Si me apuras, la nueva muñeca de ojos saltones hasta podría decir palabrotas.
Bratz está creada evidentemente para atraer desde niñas bien pequeñitas hasta adolescentes. El éxito que ha alcanzado entre éste último sector se debe a que la línea de muñecas ha consistido en reflejar las últimas tendencias de moda y así atraer este mercado.
Excesivo maquillaje, una fina línea a modo de cejas, pelo largo, tacones, minifaldas en las que el termino mini se queda corto, ropa ajustada, escotes, miles de complementos para ellas y para los chicos. Su lema es passion for fashion, o lo que es lo mismo, pasión por la moda, llevada a términos extremos.
En el amplio abanico de chicos Bratz puedes encontrarte desde los más repeinados y elegantes hasta los chicos más malotes.
Evidentemente los chicos y chicas Bratz intentan identificarse con algún tipo de tribu urbana o modo de vida, como es el caso del Chico Bratz Skater, o las chicas bratz estrellas del rock, chico bratz surfero, el rapero, el chico bratz disco de los 60´s, equipado con su correspondiente camisa de poliester, gafotas y pantalones de campana.
Estos muñecos, más allá de producirme risa, opinión personal claro, están inculcando a las niñas y los niños unos cánones de mujer y hombre ideales, donde si no eres rapero, rock star o surfero no podrás encajar en esta sociedad. En definitiva, intentar por todos los medios enclavarte dentro de algún modo de vida o alguna tribu urbana, a lo que las niñas y los niños responden intentado ajustarse de cualquier modo a estos estándares y de la noche a la mañana puedes encontrarte a tu hija convertida en rapera o a tu primo con un colgante de conchas y con una tabla de surf bajo el brazo, emulando al chico Bratz surfero.
Este problema, que acarrea un consumismo bestial y también una grave falta de personalidad donde todas las niñas quieren vestir igual, es casi tan grave como los problemas de anorexia que conlleva este modelo de mujer fictia donde las niñas y adolescentes sobre todo, intentan parecerse a sus compañeras de juego en un intento fallido, en el que por más que adelgacen nunca llegarán a convertirse en gigantescas cabezas sostenidas por escuálidos cuerpos.