Los alumnos de 6º curso del centro, en total 39 estudiantes con tres profesores, estuvimos en el Centro Medioambiental de Caja Cantabria en Polientes la última semana de Octubre.
Con nosotros había dos colegios más: uno de Santander y otro de Solares. Los de Santander iban a 6º y los de Solares a 5º.
Los talleres que nos tocaron durante esos cinco días en Polientes fueron:
De abejas: Donde nos hablaban de ellas (hicimos una vela de cera de miel de abeja y olía a cera virgen).
Del consumo de agua en casa: Con la ducha o el baño, el lavavajillas, la cisterna del baño, la lavadora o para lavarse la cara, las manos y los dientes.
De los árboles y sus hojas (si eran de hojas compuestas o simples y distinguir además los tipos de árboles). También hicimos una especie de juego pero se hacían en grupos, nos daban una tarjeta con datos para ir a buscar en un pedazo de terreno, buscando lo que había en la tarjeta.
De consumo: Donde nos enseñaban cómo comprar y algunos trucos que ponen en los supermercados para vender mejor, como son poner una música rápida y alta para oírla mejor, porque es cuando hay más gente y los fines de semana, como hay poca gente, una música lenta y a bajo volumen.
Lo que quieren vender primero, lo ponen primero y lo que caduca antes. También lo colocan en las baldas para que quede a la altura de los ojos.
De cómo sobreviven los animales, haciendo un juego en el que algunos niños se ponían unos chalecos de conejos y de lobos. El tutor tiró entonces unas fichas de ajedrez en el suelo y eso quería decir que era la comida de los conejos, y los lobos nos tenían que coger, pero si te parabas no te podían pillar.
Cada vez eran menos conejos y ganaron los lobos, eso quiere decir que no se pueden comer los lobos todos los conejos que ven porque si no se acabaría la especie y se quedarían muertos de hambre.
De un juego de preguntas por grupos donde te preguntaban cosas de allí (te daban información en unos libros que nos dejaron), y los que llegasen al final tenían que bailar una jota, si lo hacían bien ganaban y si lo hacían mal volvían a la casilla 10.
Las salidas que hicimos han sido estas:
Fuimos al monte Hijedo, donde nos llenamos de barro y nos clavamos algunas espinas (menos mal que no llovió) vimos huellas de jabalí, de corzo y excrementos de topo; y recorrimos 11 kilómetros.
También fuimos al museo etnográfico que está en Polientes, donde todo eran cosas antiguas pero algunas cosas las habían arreglado.
También fuimos a un pueblo de Burgos llamado Orbaneja del Castillo, donde visitamos una cueva que por dentro era como un río y tenía 5 ó 6 estalactitas porque las demás las habían arrancado.
Subimos al páramo a ver a los buitres (les vimos con un telescopio).
Fuimos a San Martín de Elines donde vimos una colegiata románica (también vimos rodar una película).
Os recomendamos visitar las impresionantes cascadas del Tobazo y la iglesia rupestre en su cima con varias cuevas de toba y de caliza.
Fue tan interesante que os recomendamos la visita al Centro Medioambiental de Caja Cantabria, donde aprenderéis cantidad de cosas in situ y veréis rincones, iglesias rupestres y bosques, entre otras cosas, que os entusiasmarán.
Las actividades han sido tan interesantes y divertidas que sólo por ellas merece la pena una nueva visita.