Un día intenso, agotador, lleno de anécdotas para escribir en el diario de una niña de 12 años del CP Cisneros de Santander.

Querido diario: Hoy ha sido un día agotador. Me he levantado de la cama ¡a la ocho y media!. No me ha dado tiempo a desayunar, me he puesto la camiseta al revés y con las prisas se me olvidó el libro de mates. Llegué al colegio a las nueve y cuarto, me llevé la mayor bronca de toda mi vida y encima se me ocurrió la excusa más original del mundo: «es que me he dormido».

Y me pasó todo lo que me podía pasar ¡PUAS!. El balón de balonmano me dio en toda la cara, se me puso el ojo morado y muy hinchado. Por fin llegó el recreo y allí me tranquilicé.

¡Hay lo que se me ha olvidado! Seré tonta, se me ha olvidado presentarme. Soy Carol, tengo 12 años, tengo un hermano pequeño de cuatro años y somos cuatro en mi familia.

Después del recreo tenía Música, en esa clase fue en la única que no me pasó nada. Bueno, sí que me pasó pero algo bueno, me escogieron junto con las otras niñas de clase para hacer un baile e ir a ‘Fama ¡a bailar!’. Hicimos un baile de Funky y nos quedó súper chulo.

Ya quedaban dos clases ¡bieenn! La de Ciencias y Plástica. En la de Ciencias me dieron la nota del examen; había sacado un 10 pero quedé un poco en ridículo cuando empecé a bailar la conga en medio de la clase. Bueno, lo importante es que saqué un 10.

Y por último en Plástica tuvimos que dibujar la clase, la verdad es que no me quedó tan mal. Y ya por fin llegué a casa; tenía un hambre que me rugían las tripas. Encima había espaguetis a la carbonara, que están deliciosos. Lo único, mi hermanito Luis que estaba enfermo me vomitó encima. Aquella papilla ha sido lo más repugnante que he visto en mi vida pero oye, el pobre chaval estaba malito.

Y por fin este día se ha terminado. Y diario, no te voy a escribir más porque necesito dormir para no llegar tarde mañana.

 

Trabajo original