Isabel Monteoliva García lleva trabajando tres años en el Fernando Arce de Torrelavega como educadora. Anteriormente ha trabajado en AMPROS y en otros centros de educación especial. Le hicimos unas preguntas en torno a su profesión en el centro Fernando Arce.

Pregunta.- ¿Cómo decidiste dedicarte a esto?
Respuesta.- Bueno, pues yo quería hacer Periodismo, pero no me dio la nota de selectividad y entonces… Magisterio siempre me había gustado y de las ramas que había, la de Educación Especial era la que más me atraía y además yo ya había trabajado con gente con discapacidad como voluntaria y entonces pues me decidí por Magisterio y Educación Especial.

P.- ¿Hay alguna razón especial que te llevara a dedicarte a la Educación Especial?
R.- No, sólo el hecho de que de las ramas de la enseñanza que había, la Educación Especial era la que más me gustaba.

P.- ¿Se siente realizado alguien que trabaja en Educación Especial?
R.- Sí, porque es muy difícil ver avances y cambios, cuesta a veces ver lo positivo, pero al fin sí que lo ves y es mucho más gratificante que cuando trabajas con niños que no tienen discapacidad.

P.- ¿Has experimentado un cambio en tu vida al dedicarte a esto?
R.- Bueno… pues no lo sé, cambia la forma de ver a la gente, de mirar a las personas y también es muy difícil. A veces cambia la forma de trabajar cuando pasa el tiempo, buscar nuevas fórmulas para trabajar… pero bueno, mi vida a grandes rasgos no ha cambiado mucho porque como yo desde muy joven llevo en este mundo…, y aparte en mi familia también tengo personas discapacitadas; entonces lo conocía.

P.- ¿Has trabajado anteriormente en otro centro aparte del actual?
R.- Sí, he trabajado en AMPROS, en el centro ocupacional, en el centro de día, aquí en el Fernando Arce en la residencia,… Bueno, he estado en varios sectores y la verdad es que he estado muy a gusto en todos.

P.- ¿Cuál es exactamente la función que desempeñas? ¿Cómo es un día normal de trabajo en tu vida?
R.- Yo estoy en el centro de día de adultos del Fernando Arce, por lo que no es exactamente educación, pero estoy ejerciendo de educadora de un grupo nuevo que se ha formado hace dos meses… Y un día normal pues tenemos rutinas, para que los chicos sepan con antelación lo que van a hacer, cuando llegan nos saludamos, hacemos comunicación e información,… Luego tenemos un descanso; después tenemos actividad de media mañana, que puede ser, dependiendo de lo que nos toque, salir de compras, gimnasia, estimulación sensorial, caminar… Luego venimos al centro otra vez a comer, tienen ocio de libre elección, es decir, pueden elegir entre varias actividades de 14,00 a 15,00 horas y después tenemos aseo. El entorno de tarde que también es distinto dependiendo del día y de los grupos; y tenemos actividades como jardinería de interior, instrumentales, ordenadores, cuidado personal, grabamos el programa de radio ‘Radio Colega’, y el viernes lo escuchamos.

P.- ¿Alguna vez te has dedicado a algo totalmente distinto?
R.- Sí, he cuidado niños, he trabajado en el Instituto Nacional de Estadística para hacer el censo de vivienda y población y… nada más. La verdad es que más o menos siempre me he dedicado a esto.

P.- ¿Cuáles fueron los estudios que tuviste que realizar para poder ejercer tu trabajo?
R.- He hecho Magisterio y Educación Especial, aunque para ser educador no hace falta tener esa titulación, con tener un módulo de integrador social o un módulo de grado superior también puedes acceder a este puesto de trabajo.

P.- ¿Dónde lo estudiaste? ¿fuera de Cantabria?
R.- Sí, estudié en Oviedo.

P.- En función de los distintos tipos de discapacidad, ¿cuáles son los métodos que más utilizáis?
R.- Este centro es para discapacitados intelectuales, también hay chicos que son pluridiscapacitados y entonces, aparte de ser discapacitados intelectuales son físicos o sensoriales, y si están aceptados físicamente se trabaja más desde el ámbito de la estimulación sensorial y de la adquisición de habilidades básicas de la vida diaria. Y luego, con los chicos que tienen más capacidad se trabaja mantener los aprendizajes que ya han adquirido, intentar que aprendan cosas nuevas dentro de su capacidad, habilidades sociales y después se hacen muchas salidas para mejorar la calidad de vida, que es lo que se intenta, porque no es un centro plenamente educativo, es un centro de adultos y entonces los objetivos ya no tienen nada que ver, el objetivo final es mejorar la calidad de vida.

P.- ¿Actualmente tenéis a gente de prácticas en el Fernando Arce?
R.- Sí, hay gente de prácticas en el módulo de integración social, también hay gente del módulo socio-sanitario y unos chicos de prácticas de animador socio-cultural, que consiste en apoyar en el patio, excursiones, gimnasia,…

P.- En un centro de vuestras características os sucederán cosas «curiosas» ¿tienes alguna anécdota que puedas contarnos?
R.- Pues… mil cosas curiosas pasan, desde alguna vez que se ha escapado algún chico y lo hemos encontrado por Torrelavega con la bata puesta, o alguna vez que vamos a algún sitio y pedimos una factura y se la dan a un usuario en vez de a nosotros, no sé, mil cosas…

P.- ¿Cuáles son las mayores dificultades que encuentras a la hora de desempeñar tu trabajo?
R.- La mayor dificultad es la heterogeneidad de los grupos, son chicos dentro de un grupo muy diferentes, con problemáticas y grados de discapacidades distintos, y entonces ajustar el trabajo a gente tan distinta es muy complicado y después, estamos un poco limitados de espacio, porque lo compartimos con el centro escolar y el ocupacional y eso, a veces también te limita a la hora de trabajar el no tener recursos suficientes para desempeñar el trabajo.

P.- ¿Tenéis algún tipo de ayuda para gente discapacitada por parte del Gobierno?
R.- Sí, este centro tiene convenio con diputación y el centro de día con la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales. Por tanto las plazas están concertadas como en un centro educativo.

P.- ¿Cómo ha cambiado tu empleo o la enseñanza en este sector respecto al inicio de tu formación?
R.- Pues ha cambiado sobre todo en las nuevas técnicas que están buscado para trabajar, mucho más orientadas a comunicarte con los chicos de la forma que sea, a que expresen lo que quieran, a la autodeterminación y también se está dando un cambio a este sector en cuanto al envejecimiento, porque está envejeciendo la población de discapacitados y no hay servicios que cubran esas necesidades.
También es importante la formación porque hay continuamente cambios teóricos.

P.- Según tu punto de vista, ¿animas a la distinción de personas con discapacidades de las que no o por el contrario apoyas la integración parcial de estos alumnos con el resto de la comunidad educativa?
R.- La integración siempre es positiva, pero lo que vemos desde el centro escolar es que hay chicos que llegan desde centros escolares ordinarios, en integración, y cuando llegan a la ESO pues suelen venir aquí por problemas de comportamiento, adaptación y conducta y porque no llegan a los mínimos restablecidos; y además, vemos que muchas veces su paso por colegios ordinarios es una pérdida de tiempo. Entonces, se cree que la integración es medianamente buena, pero que no es una integración real, y que serían necesarios servicios para chicos con capacidad pero con graves trastornos de comportamiento, pero que pueden realizar un trabajo y llevar una vida más o menos independiente.

P.- A nivel familiar, ¿crees que ha influido vuestro trabajo en la vida de los torrelaveguenses?
R.- Pues no lo sé, está claro que nuestro trabajo influye directamente sobre los usuarios y sus familias. Las familias saben que sus hijos están en un centro diurno, que están ocupados, y que se trabaja con ellos a nivel de logopedia, fisioterapia, de terapia ocupacional, aparte del trabajo que realizan en los talleres por parte de los educadores y cuidadores que trabajamos aquí. Aparte, las familias tienen servicios de ocio, de residencia, hacen excursiones de Semana Santa, y eso en parte también es liberar a las familias, que llevan muchos años intentando ver que sus hijos tienen calidad de vida y unos servicios adecuados.

P.- El tuyo parece un trabajo duro, al menos desde fuera, ¿animas a la gente más joven a que tome este camino?
R.- Sí es un trabajo duro pero es un trabajo muy bonito, también muy divertido, y animo a la gente que le guste, porque esto te tiene que gustar realmente, porque trabajas para personas y eso influye directamente en sus vidas. Pero si que animo a la gente, porque es un trabajo muy gratificante.

 
Trabajo original