Un grupo de alumnos de 4º de ESO del IES A.G. Linares realizaron la primera salida cultural del curso con motivo de la exposición ‘El siglo de los cambios 1898-1998’ organizada en Torrelavega por Caja Cantabria. Esta es la impresión de una alumna, que manifiesta su malestar por no haber podido disfrutar, pese a «lo interesante» que era la exposición.
El día 14 de octubre, a las 10h 15 salimos del instituto camino de la parada del tren que hay en Valdecilla. Era nuestra primera jornada de convivencia de este año y se presentaba interesante.
Durante nuestra caminata íbamos hablando en grupos de 3 ó 4 aprovechando el carril de obras de la carretera.
En la parada del tren estuvimos esperando algo más de 10 minutos lo que nos vino bien porque descansamos un ratito. Una vez en el tren la suerte nos dio un poquito la espalda, ya que nos distribuimos en varios vagones y en algunos de ellos únicamente por el hecho de ser muchos, la gente empezó a decir que éramos unos maleducados y que viajábamos sin billete, cuando evidentemente llevábamos un billete de grupo que lo tenían nuestras profesoras.
Cuando por fin llegamos a Torrelavega fuimos caminando hasta la exposición organizada por Caja Cantabria «El siglo de los cambios 1898-1998».
Entramos en el recinto en dos grupos.
El primero en el que por desgracia iba yo , no pudo disfrutar de la exposición , ya que nuestro «guía» se pasaba el tiempo hablando por su móvil y nos mandaba apresurarnos constantemente, no podíamos ni leer los carteles ni disfrutar de nuestra visita. En una de las salas estaban expuestos todos los periódicos que habían existido en la región. Hubiera sido interesante poder leer alguna de las crónicas de la época por ejemplo la tragedia del Machichaco, pero nuestro guía tenía prisa.
En otra sala había un simulador de tren y un ala delta a los que por cierto se nos dijo que no podíamos tocar. La exposición tenía cosas realmente interesantes que nosotros no pudimos ver porque nuestra visita duró menos de una hora.
El segundo grupo que entró disfrutó de aquello que nosotros no pudimos ver, condujeron el tren, leyeron crónicas de periódicos, visionaron videos y comentaron que la visita había resultado magnífica. Su visita duró hora y media aproximadamente.
Las profesoras que nos acompañaron en el primer grupo comentaron lo decepcionadas que salían de la visita guiada, pese a lo magnífica que era la exposición.
La jornada de convivencia mereció la pena y la exposición también. El inconveniente estuvo en el guía que nos tocó que por razones que desconocemos tenia prisa y no nos pudo mostrar la exposición como hubiera sido de desear.
De todas formas, si tenéis oportunidad, visitad la exposición; realmente merece la pena.