El gavilán está considerado en Cantabria tradicionalmente como «el duende del bosque».
El Gavilán, Accipiter Nisus, es una pequeña rapaz «especializada» en la caza de pequeños pájaros en vuelo. En la naturaleza caza aves que pueden ir desde un gorrión hasta una paloma torcaz.
Se trata de un pájaro muy intrépido, que tiende sus emboscadas desde atalayas favorables en nuestras masas forestales.
Cada año construye un nuevo nido en un árbol distinto, comenzando a hacerlo sobre primeros de mayo.
A finales de junio, hace una única puesta que consta normalmente de entre cuatro y cinco huevos. Los pollos nacen alrededor de los 28-30 días, cubiertos de un plumón blanco.
Al cabo de un mes, los pollos abandonan el nido haciéndolo primero los machos y más tardíamente las hembras.
La población española de gavilanes se estima entre los 3.000 y 8.000 parejas distribuidas por todos los bosques de la península.
El gavilán al igual que el azor y el halcón ha sido utilizado en el arte de la cetrería ya desde la Edad Media. Su valentía y arrojo fueron las características mas admiradas y apreciadas por los cetreros medievales .
Como muy bien dice en su libro El arte de la cetrería el que fue el mejor cetrero del siglo XX, Felix Rodríguez de la Fuente «el gavilán es dulce como una cotorra con su dueño y valiente como un tigre con su presa».
Los profesionales del arte de la cetrería con este pájaro pueden cazar al salto o a empuesta.
El ave sale del puño del cetrero como un relámpago a por la primera presa que le levante el perro o el cetrero.
En esta caza la presa tiene que ser levantada a pocos metros del cetrero ya que el gavilán caza al sprint; sin embargo en la caza a empuesta el pájaro sale del puño del cetrero volando a escasos milímetros del suelo, e intentando camuflarse con cualquier accidente del terreno hasta estar cerca de su presa, la cual podía estar posada a muchos cientos de metros de donde salió el gavilán.
Una vez que la presunta presa ve al gavilán, que ha volado camuflado sin ser visto hasta el último momento, levanta el vuelo e intenta huir. Entonces es cuando el gavilán fuerza un poderoso sprint para atrapar su comida. De esta forma se pueden cazar urracas, estorninos, avefrías y palomas, que pasan mucho tiempo alimentándose en nuestros prados.
En la actualidad, son pocos los cetreros que utilizan este pájaro debido a la dificultad de su manejo ya que ésta es un ave de carácter asustadizo que requiere, para mantenerse en buena salud, unos cuidados exclusivos e intensos.
El gavilán será, para el cetrero que tenga gran sensibilidad y paciencia, un buen amigo y aliado en sus cacerías y salidas al campo.
Debo agradecer estas líneas a la colaboración de mi buen amigo Ramón y a Cantabria, una hembra de gavilán con la que he disfrutado y sigo disfrutando cada vez que salgo al campo.