La Concha, Suances, ¿playa paradisíaca o vertedero de una urbanización masiva? La playa de la Concha en Suances, villa marítima del norte de Cantabria, es un lugar turístico muy frecuentado en los meses de verano. Sin embargo pese a la situación privilegiada de esta playa o más bien por ella, se ha producido lo que en tantos lugares costeros y con playas por toda España.
Si bien este caso no es tan rotundo como el de Benidorm se ha procedido a la urbanización de todo metro cuadrado edificable del lugar al que se ha podido echar mano. Cantidad de hoteles y pisos de alquiler que los veraneantes ocupan sin importarles la explotación que se está haciendo del lugar. Está muy hablado el tema de los vertidos industriales que año tras año Sniace y Solvay expulsan al mar ensuciando la costa. Paran durante un mes del verano, normalmente agosto, para que los turistas puedan disfrutar de la playa, pero después retoman los vertidos y en la orilla se acumulan espumas de 2m (de sosa, Solvay y lejía, Sniace).
¿La gente se escandaliza?. Ése no es el mayor de los problemas. Además la playa recibe las aguas fecales (sin depurar) de todos los habitantes de las viviendas cercanas a esta playa. Hasta hace algunos años, Suances era un pueblo pesquero de muy pocos habitantes. El sistema de canalización es muy antiguo. Anteriormente era suficiente para los niveles de población de entonces.
Pero Suances resultó ser un tesoro turístico que no ha pasado desapercibido y en las últimas dos décadas se ha procedido a una urbanización masiva del lugar, pero sin invertir en infraestructuras. Tanto es así que algunas viviendas no están conectadas a la red de evacuación y sus «instalaciones sanitarias» son pozos negros que se vacían una vez al año.
Como medida de solución se colocaron unas bombas de succión que llevan las aguas y los residuos casi hasta mar abierto, solución que pretende enviar el problema un poco más lejos sin llegar a solucionarlo. Pero eso tampoco es suficiente.
Ahora bien, en invierno, las épocas de menos residentes en el lugar, estos sistemas son relativamente suficientes. Pero en cuanto se produce un incremento de la población los sistemas no dan abasto, se colapsan y se dan a menudo casos de alcantarillas reventadas.
Ante el evidente problema las medidas que se tomaron fueron la de abrir una vía o «río negro» hasta la playa, por la que circulan las aguas y los residuos de todas las viviendas de la zona hasta la playa y el mar.
Esto en general se hace por la noche, pero no es extraño en invierno encontrarte el agujero abierto por el día y en verano, todos los días sobre las 6 de la mañana, un tractor se encarga de alisar la arena, con lo que el “río” queda tapado.
Puestos en contacto con la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Suances, Mercedes Campo, nos ha ratificado que, en efecto, existe ese problema, pero lo ha atribuido a un accidente de la rotura de las tuberías debido a las tormentas de finales del verano. Este problema lleva presente varios años, ya que la situación es continua.
Para evitar esta situación se construyó la depuradora de Vuelta Ostrera. Pero una vez construida hubo una demanda por parte de ARCA por ser ilegal, ya que está en un emplazamiento que invade 87.450 metros cuadrados del estuario del río Besaya.
Se pretendía, hasta encontrar un mejor emplazamiento para la depuradora, que ésta comenzase a funcionar, pero tras numerosos problemas legales aún se haya en período de pruebas.
¿Qué es peor bañarse en agua con lejía o en agua con desechos?. ¿Es posible permitir una situación en la actualidad que atente de esta forma a la sanidad humana?
Es bien conocido que gran cantidad de las muertes y las enfermedades de las que se contagian las personas residentes en los países tercermundistas son debidas a la falta de una sanidad adecuada. Gente que convive con desechos decimos que viven en situaciones infrahumanas, pero, ¿acaso no es lo mismo que lo que hacen aquellas personas que quieren disfrutar de esta playa?