‘Miriam es anoréxica’ trata de la vida de Miriam, una chica de quince años que está estudiando en un colegio y un día en una clase de gimnasia, porque no la sale bien un ejercicio empieza a pensar que está gorda.
Así, primero quiere bajar hasta los cincuenta kilos, y empieza por leer todo tipo de libros sobre comida y la cantidad de calorías que tienen los alimentos.
Luego se fija en los que come su familia y echa la culpa a su madre de que está gorda como ella y también a su abuela, que según ella están las dos gordas. Tiene mucha envidia a su hermana pequeña porque coma lo que coma nunca engorda, y siempre recibe la peor parte de sus enfados.
Miriam empieza por dejar de comer golosinas, y decide también hacer ejercicio. Al principio la cuesta andar pero poco a poco diciéndose que es una fofa y asquerosa gorda, va poco a poco haciendo ejercicio todos los días acompañada por el perro de su abuela.
Luego hace flexiones y se tortura haciendo ejercicio hasta no poder más.
Miriam en principio se pone como meta bajar hasta cincuenta kilos de peso y quiere conseguirlo para la excursión que hará su curso a Londres, en la que está su antiguo profesor de inglés, que la gusta y quiere estar guapa para él.
Cuando Miriam descubre que el profesor se casará con una profesora se decepciona mucho y ni quiere cruzarse con él.
Cuando llega el día de la excursión Miriam ya había conseguido bajar a los cincuenta kilos pero seguía viéndose gorda, se miraba siempre al espejo y se pesaba varias veces al día, sintiéndose culpable por comer y tener hambre.
Poco a poco acostumbraba a su cuerpo a tomar poco alimento, casi todo lo que tomaba era agua porque en todo veía calorías excesivas. En su casa la ven adelgazar, pero como es normal en las chicas de esa edad, y ella lo disimula muy bien… además ella cree que su padre está con otra chica y que su madre es una mujer que siempre cede ante su padre.
Miriam se encuentra a disgusto con ella misma y con el entorno que la rodea, en su casa, en clase, sobre todo con una de sus compañeras, Tania, que la odia por ser una chica que se hace notar y que en gimnasia es mucho mejor que ella.
Cuando está sola en su habitación sueña que es una de las primeras mujeres que ha ido al espacio y ha descubierto un planeta precioso, el planeta al que llama Orquídea, y ahí dentro de ese sueño se siente verdaderamente feliz.
Lo peor para Miriam son las horas de las comidas en las que piensa que todo el mundo está en contra de ella y que quieren obligarla a comer para que engorde.
El primer día de la dieta su abuela la hizo para comer croquetas de pollo, lo que más le gusta a ella en el mundo y se sintió muy culpable por comerlas con el hambre que lo hizo.
Poco a poco Miriam encontró la manera de comer cada día menos, sin que lo notaran los suyos, recurría a engaños o a decir que comería más tarde. Así iba bajando cada vez más el peso.
Todo el mundo se daba cuenta de todo lo que estaba adelgazando menos ella, que se veía muy gorda. Iba al colegio en bicicleta, corría por el parque y bebía agua para calmar su estómago.
Cuando más adelgazó fue en el viaje a Londres, en el que comía media tostada y el resto lo metía en una servilleta o lo tiraba en un rincón; bajó cuatro kilos en una sola semana.
Su obsesión por adelgazar no la dejaba ver la realidad, se la estaba cayendo el pelo y no tenía la menstruación, pero no la importaba, aunque el pelo era lo único bonito que consideraba de su cuerpo.
Sentía náuseas y mareos, y se desmayaba, pero aún así se seguía viendo gorda. Si se miraba al espejo se veía grasa por todos los lados y seguía diciendo que bajaría unos kilos más.
Al regreso del viaje fue cuando en su casa empezaron a ver lo delgada que de verdad estaba. En principio decía que no tenía hambre por la muerte de Timothy, el perro de la abuela que había muerto de cáncer en su ausencia, pero a medida que estaba en casa y la torturaban a comer, según ella, se sintió en la necesidad de comer y luego vomitar la comida. Al principio la costó obligarse a devolver, pero insistiendo lo consiguió enseguida. Además cogía del botiquín pastillas para quitar el apetito de las que usaba su madre cuando quería hacer régimen, y laxantes.
Durante todo ese tiempo Miriam se había convertido en una chica solitaria, obsesionada por adelgazar, y no le gustaba estar junto a nadie, por si le ofrecían caramelos o alguna golosina, era incapaz de tomarse un helado.
La enfermedad de su compañera de clase, una chica que no tenía mucha relación con sus compañeros y que no hacía gimnasia, que sabía que estaba enferma pero hasta después de su muerte no supo en realidad de qué, iban a verla al hospital y no las dejaban verla porque estaba en cuidados intensivos, poco después vieron la esquela en el periódico.
El ir al funeral y entierro de su compañera de clase y ver que sólo tenía catorce años y estaba muerta, el calor del día y la debilidad que sentía Miriam la hicieron perder el conocimiento, y al recuperarlo oyó como decían que era otra chica más que quería matarse de hambre, aunque en verdad Miriam lo único que quería era estar más delgada pero casi muere en el intento.
OPINIÓN PERSONAL:
En esta historia en la que la protagonista lo único que quiere es verse guapa y que la vean guapa no dándose cuenta de que está perjudicando a su salud, se repite continuamente en nuestra sociedad.
Hoy en día como todas las chicas que salen en al tele, las revistas, y modelos son guapas y delgadas, las jóvenes también queremos estar así y eso muchas veces hace llegar a cometer verdaderas tonterías.
En principio ponerse a régimen no es nada malo siempre y cuando te lleve un médico, como tampoco es malo hacer ejercicio, pero siempre y cuando se lleve una alimentación equilibrada.
Yo creo que la culpa de que las jóvenes se vean gordas es de la publicidad, porque el ideal de mujer siempre ha sido delgada y muy guapa.
La anorexia es una enfermedad muy seria no sólo ya a nivel de salud, sino que afecta seriamente a la persona psicológicamente, ya que se crea una trauma pensando que está gorda y no es así, por eso también es bueno tratar a la persona psicológicamente.