Rodiles es famoso en el mundo por su ‘ola de Rodiles’, un movimiento marino casi único en Europa, del que no sólo depende todo un ecosistema sino una ola única que atrae a cientos de surfistas de todo el mundo, y que la ven peligrar por la intención del Gobierno del Principado de modificar los bancos arenosos de la ría de Rodil con fines urbanísticos, lo que modificaría el tipo de olas y las corrientes marinas. En la localidad asturiana, surfistas, ecologistas y pescadores vienen sufriendo durante los últimos meses la voracidad del hombre sobre su medio natural.
Todo comenzó el pasado mes de agosto cuando muchos sufistas empezaron a preocuparse después de leer un comunicado en la prensa regional. José Manuel Rodríguez, coordinador del equipo de salvamento de Rodiles, alertaba de la necesidad de dragar la bocana de la ría. La arena acumulada no permitía salir a las embarcaciones con facilidad.
En el caso de Rodiles, el dragado serviría para incrementar el calado en la bocana de la ría para acceder al puerto deportivo de El Puntal, que de esa manera ampliaría su capacidad en 2008 hasta 500 embarcaciones, favoreciendo el desarrollo urbanístico y turístico. Sin embargo, la demanda del colectivo de pescadores deportivos y propietarios de embarcaciones de la zona choca con los intereses de los surfistas y los conservacionistas.
A la entrada de esa ría, ubicada en una reserva natural parcial considerada como una de las localizaciones más bellas de todo el litoral asturiano, se acumula, desde hace muchos años, una enorme cantidad de arena que conforma lo que se conoce como ‘barra de Rodiles’. Esa acumulación de arena origina una rompiente de olas que recorren la playa de izquierda a derecha y que está considerada por los surfistas de todo el mundo como una de las tres mejores de todo el continente europeo.
Desde hace más de tres décadas la ola de Rodiles ha sido un referente de aficionados al surf: australianos y neozelandeses primero, y más tarde, a medida que el deporte se iba popularizando, norteamericanos, franceses, alemanes y, por supuesto, españoles que han disfrutado de este lugar y de una ola de enorme calidad por su forma y belleza.
Pero volviendo a los hechos, aquella recomendación, aparentemente casual, coincidió en el tiempo con la presentación de una nueva lancha para el equipo de socorristas del concejo donada por un empresario de la zona, dueño de un negocio de venta de embarcaciones deportivas; era el mes de agosto.
Acaba el verano y la noticia parece difuminarse, pero el colectivo de pescadores deportivos con su presidente a la cabeza, César Fernández, se ha quedado con la copla. Todos ellos se posicionan claramente a favor de ese dragado. Efectivamente, salir a mar abierto con una lancha de medianas dimensiones no es una tarea fácil con una barra de arena a la entrada de la ría que dificulta esa maniobra en determinadas horas de la marea. Al igual que ocurre en la mayoría de pequeños puertos deportivos, el estado de la mar, los fondos y, por supuesto, las mareas son factores que condicionan el tráfico marítimo. Las dificultades actuales de navegación están unidas al incremento de arena en la desembocadura de la ría, probablemente porque los bloques que formaban el dique donde rompían las olas se han venido abajo con la fuerza del mar. Por ello, una de las soluciones posibles para facilitar la navegación de las embarcaciones del puerto de El Puntal sería reconstruir ese malecón, según reconocen los propios vecinos.
Llegamos al miércoles 10 de enero. El presidente asturiano, Vicente Álvarez Areces, visitó el concejo de Villaviciosa y la playa de Rodiles. Además de hablar de importantes reformas en esa playa, empezando por unos vestuarios para los surfistas, nuevos aparcamientos y un sin fin más de promesas, el jefe del ejecutivo regional anuncia un proyecto de ampliación del puerto de El Puntal que prevé la construcción de 500 nuevos amarres en un plazo de dos años. A la asociación de pesca deportiva ese anuncio le parece muy bien, pero condiciona esa ampliación del puerto al dragado de la bocana de la ría. Los pescadores deportivos se preguntan: ¿para qué queremos un puerto grande si no tenemos un canal en condiciones hacia la mar? y continúan asegurando que «de los 96 últimos amarres inaugurados en El Puntal la mayoría de ellos pertenece a gente que desconoce la zona con el peligro que ello conlleva». Conclusión: como no sabemos conducir por una carretera secundaria, por favor pónganos una autopista de dos direcciones.
Durante años, antes incluso de que los surfistas comenzaran a cabalgar sobre las olas de Rodiles, los pescadores locales han atravesado el canal natural que forma la bocana de la ría entre la barra de arena y el acantilado. Surfistas, pescadores y navegantes del entorno se han respetado y cohabitado sin ningún problema y no han sido pocas las ocasiones en las que se han ayudado entre sí ante accidentes o situaciones peligrosas. El flujo de las aguas en la zona genera un canal de salida y entrada suficiente para las embarcaciones. Un dragado parcial no sería desechable, pero siempre y cuando se respetase la formación de arena que da lugar a la ola. ¿Por qué excluir si cabemos todos? ¿Por qué tienen que perder unos para que ganen otros?… Desde hace unos meses el Principado ha apostado claramente por potenciar el turismo náutico en diferentes enclaves del litoral asturiano. Se quiere ampliar el número de pantalanes y mejorar los puertos deportivos de pequeñas localidades costeras para favorecer un turismo potencialmente interesante en los meses de verano. Por cierto, de momento nadie ha hablado de valores medioambientales a excepción de los surfistas y algunos sectores conservacionistas pero ¿qué supondría la ampliación del puerto deportivo y, de hacerse, el dragado de la bocana de la ría? Más lanchas significan más motores y más combustible vertido a una ría protegida, un dragado cambia los flujos de las corrientes y eso afecta a los peces y también a las aves, que además soportarían una mayor contaminación acústica, sin contar con que el marisqueo de la zona se verá indudablemente afectado.
Mirémonos en el espejo de Mundaka, una de las mejores olas del mundo, verdadera meca del surfing mundial donde cada año se celebra una de las principales pruebas del campeonato del mundo. Allí también se dragó y la ola desapareció por un tiempo… Se llegó tarde y afortunadamente se pudo recuperar la ola tras un año y medio de desesperación de la comunidad surfera y del propio pueblo que ha vivido desde hace décadas por y para el surfing.
Los surfistas solemos decir que Mundaka y Rodiles son como dos hermanas, rompientes perfectas de izquierdas en un entorno protegido: la Ría de Villaviciosa y la de Urdaibai. Dejémoslas en paz, respetemos las canchas de juego y tratemos de convivir todos y disfrutar de espacios privilegiados y únicos…