Zanjas, grúas, calles cortadas, juicios, alcaldes encarcelados y ‘movidas’ en todos los ayuntamientos de España. Hace unos años esto sólo se veía en Marbella, pero la corrupción urbanística parece un virus que se extiende a gran velocidad por todos los ayuntamientos. Yo me pregunto ¿esto ha empezado ahora o es ahora cuando se destapa todo?
En fin, la realidad es que durante toda la historia los alcaldes han hecho la ley del pueblo a su medida. No es nuevo que un alcalde se haga una casa en un lugar poco habitual o se compre un coche que no esté al alcance de todos.
La verdad es que eso no lo deben hacer, pero yo les pregunto: ¿qué es lo que harían ustedes teniendo su posición? No la pueden contestar desde el punto de vista de un alcalde, porque no lo son. ¿Por qué no?, podemos pensar que todo el mundo es buena persona, pero la pura verdad es que todos hacemos lo que mejor nos convenga.
Si podrían aumentar su nómina con una sustanciosa propina, ¿la rechazarían? Yo desde luego que no.
Yo a esto lo llamo envidia, porque si el alcalde trabaja para sus vecinos, para su pueblo y hace bien las cosas todos estamos contentos, pero si además de hacer esto se enriquece, nos molesta ¿por qué? Pues muy sencillo, porque ese dinero también lo queremos nosotros. Si lo repartiese entre los vecinos, sí que estaríamos contentos.
Lo único que importa es que los pueblos crecen, y cada día más. Ya sea por permisos ilegales o por permisos en regla, los pueblos crecen, se desarrollan y se modernizan.
Yo vivo en un pueblo que hasta hace unos años era una aldea, la carretera estaba llena de baches, las calles sucias y abandonadas, el parque infantil era un desastre, las fachadas de las casas estaban viejas… etc. Hace ocho años hubo un cambio de gobierno que benefició enormemente al aspecto del pueblo. En esos ocho años el pueblo rejuveneció, se arreglaron todos los desperfectos e incluso se rehicieron calles enteras, se recalificaron fincas rurales y el pueblo creció a pasos agigantados.
La localidad mejoró tanto en tan poco tiempo que se dudó de la legalidad de todas las licencias de obra expedidas por el ayuntamiento. Se rumoreaba que el señor alcalde se beneficiaba de esas licencias e, incluso, que quería reabrir la vieja mina del pueblo, proyecto que no se concluyó porque no era rentable, o una cantera, a la que el pueblo se opuso y consiguió que no se llevara a cabo. Todos estos rumores y el acoso de un miembro de la prensa provocó que el alcalde renunciase antes de acabar la legislatura, además de los problemas de salud que sufría.
Los rumores de los beneficios de los permisos de obra se explican muy fácilmente. Este señor es un importante empresario y su empresa proporciona grandes beneficios, por eso sus coches, su casa, su cabaña y todas las cosas que pueda tener una persona con ese potencial económico.
En conclusión los alcaldes no deberían ser corruptos, pero son los que firman las licencias así que sí tienen que tener competencias en urbanismo.